Materiales para el aprendizaje del español en sus variedades

Generalidades

Primer texto

Segundo texto

Comentario morfosintáctico

En este fragmento es posible escuchar algunos de los rasgos del castellano aprendido por hablantes cuya primera lengua o lengua dominante es la lengua vasca. Entre estos rasgos, destacan especialmente los problemas de concordancia de género, la reduplicación con valor intensivo, la gramática de los pronombres átonos de tercera persona, algunas marcas discursivas y de modalidad oracional, así como la tendencia a la anteposición de complementos al verbo.

En lo que respecta a los problemas de concordancia, como los observados en la concordancia de los sustantivos rosas (1) y flores (2), podrían explicarse por el hecho de que la lengua vasca carece de género gramatical y porque en la mayor parte de los sustantivos de rasgo [+animado] no se marca el sexo semántico. En efecto, ikasle ('estudiante'), mediku ('doctor/a'), antzerkilari ('actor' / 'actriz') o katu ('gato/a') son términos neutros en cuanto al sexo y ajenos a cualquier marca de concordancia flexiva.

  1. allí en la huerta para coger unos rosas
  2. nos ha dicho la maestra para llevar unos flores y no queríamos mucho, una o dos

Por lo tanto, las discordancias de género advertidas en (1) y (2) podrían ser resultado del escaso dominio de esta categoría, lo que ya fue subrayado en otros hablantes, entre otros autores, por Echaide (1968: 69). Por su parte, la reduplicación con valor intensivo suele ser una característica principalmente observada en adjetivos (Urrutia 1988), como la famosa frase rico, rico del cocinero vasco. No obstante, en (3) se descubre el mismo mecanismo de duplicación aplicado, en este caso, al gerundio, con objeto de producir una sensación sino intensiva, al menos repetitiva o iterativa con el fin de intensificar la acción mencionada.

  1. Se fue a casa y trajo tijeras y cortando, cortando nos dio un ramo.

Otro de los aspectos que reviste gran interés en el castellano de hablantes bilingües es la gramática de los pronombres átonos de tercera persona. De acuerdo con la hipótesis más extendida, el contacto lingüístico entre la lengua vasca y el castellano ha supuesto, en esta zona de la gramática, la reducción del paradigma pronominal átono de tercera persona a le/s en gran parte de los hablantes, una tendencia a la omisión del pronombre átono en contextos en que su presencia es obligatoria y, de forma simultánea, una tendencia al doblado pronominal de objetos directos (Fernández-Ordóñez 1999).

Al parecer, el grado de dominio de la lengua castellana por parte de los hablantes bilingües vasco-castellano sería fundamental en la aparición de determinados fenómenos: por ejemplo, a mayor grado de dominio del castellano, menor frecuencia de omisión de clíticos de objeto. Sin embargo, algunas de las características de la gramática de los clíticos habrían entrado a formar parte de la norma del castellano del País Vasco, como el uso de le para referentes personales de objeto directo e indirecto (leísmo) y lo/la con objeto directo de referente inanimado o animado.

En este marco, cabe destacar que en el fragmento elegido se descubre la omisión del clítico en contextos donde en español se requeriría su presencia. Así, en la secuencia ejemplificada en (4), se echa en falta lo en la repetición de la acción de dar sin el objeto directo explícito, así como más adelante cuando expresa que llevaron el ramo (o las flores) a la escuela o para la maestra.

  1. cortando, cortando nos dio un ramo de flores grande nos Ø dio, para cuatro escuelas también ya había allí flores, y Ø llevamos.

Por otro lado, es posible descubrir algunas marcas discursivas y de modalidad oracional que suelen estar presentes en el castellano hablado por los vascos. Se trata de los adverbios también y ya en oraciones afirmativas como las de (5), en las que estos elementos no presentan sus valores o funciones primordiales –semejanza y temporalidad, respectivamente–, sino que refuerzan o enfatizan el valor positivo de la oración en la que se integran. Los elementos anteriormente citados se encuentran en estrecha conexión con formas del euskera como ere y ba-, y su impronta en el castellano de la zona requiere aún nuevos análisis.

  1. también ya había allí flores.

El último de los rasgos diferenciados que es posible detectar en la grabación es la anteposición de complementos, como se recoge en (6). En efecto, aunque el orden de palabras en castellano no siempre es sujeto-verbo-objeto (SVO), sí parece ser una constante en esta lengua el que los complementos vayan pospuestos al verbo; por añadidura, la posición del foco informativo es también posverbal. Por el contrario, en la lengua vasca la posición de foco es preverbal, por lo que estas diferencias pueden originar problemas en la ubicación del foco en el castellano (Landa 2008: 362-363) y, por extensión, aumentar exponencialmente la frecuencia de estas anteposiciones verbales, que se encuentran más próximas a los patrones de su lengua dominante.

  1. para cuatro escuelas también ya había allí flores.
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