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edición: 1/9/97
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Pregón en honor a San FaustoFiestas de Bujanda - octubre 2001 Dos mil uno es el comienzo Fausta fama tiene el Santo Muchas huestes han pasado A comienzos de este siglo ¡Viva San Fausto! |
así comienza la crónica del historiador alavés del siglo XVIII, Joaquin Joseph Landazuri y Romarate.
Desde que llegué a Bujanda me fascina el misterio que rodea la figura de este santo. Los hagiógrafos, como el propio Landazuri, lo datan en el siglo VII, medio siglo antes de que árabes y bereberes, recién islamizados, comenzaran la conquista de la península en 711.
Hay que decir esto porque, de ser cierto, significaría que el sepulcro santo pasó inadvertido a las numerosas aceifas que se adentraron en Álava durante los siglos VIII y IX, en particular a la de Abderramán II, que lo hizo por la cuenca del Ega.
Por otro lado, según las crónicas, San Fausto dedicó una parte importante de su vida a predicar en tierras sarracenas. Esto sería más propio de siglos posteriores, cuando la conciencia de "cruzada" se extendió con vigor por toda Europa (a partir de los siglos XII y XIII).
Existen otros anacronismos y, sin embargo, el nombre "Fausto" (afortunado, próspero), tan latino, parece confirmar una cronología temprana. Tal vez fuera contemporáneo de otros santos de época visigótica, como San Braulio (obispo de Zaragoza, 651), San Prudencio (720, obispo de Tarazona), San Formerio...
Durante la Alta Edad Media se habían creado en esta zona de Álava, al igual que en otras zonas cercanas de La Rioja, Burgos y sur de Cantabria, pequeñas comunidades cristianas repartidas por diversos eremitorios rupestres, como el más cercano de San Román o Markinez, o los de Faido y Laño, en Treviño, y el más influyente de San Millán de la Cogolla. Quizá alguno de estos ermitaños fuera descendiente de los últimos colonos hispanoromanos de Antoñana, Angostina o Quintana. Pero lo más probable es que, como San Millán, provinieran de comunidades más asentadas al sur de Codés.
Los siglos V y VI fueron tiempos de severa precariedad. El reino visigodo de Toledo ejerció poca influencia en esta zona, dominada por las bagaudes, facciones de campesinos empobrecidos que se dedicaban al saqueo de las zonas más ricas del valle del Ebro. Leovigildo (568-586) realizó una serie de campañas de sometimiento.
Es en este siglo VI cuando San Millán fundó su cenobio de La Rioja, con el fin de afianzar la evangelización de las tierras paganas circundantes. El limes visigodo estaba establecido al sur de Codés, por toda la sierra de Cantabria, enlazando con los montes Obaranes. Calahorra, en la desembocadura del Ega con el Ebro, era entonces un núcleo fronterizo importante.
¿Fue tal vez San Fausto un eremita heredero de San Millán poblador de un cenobio rupestre en Bujanda? ¿Salió su caballería realmente de Alguaire, en Lérida, rumbo noroeste recorriendo todo el valle del Ebro hasta Cahahorra para adentrarse por Estella en el curso alto del Ega, en pleno siglo VII?
Parece más verosímil que la remontada ecuestre del cuerpo sin vida fuera en fecha muy posterior, hacia el siglo XII o XIII. En esta parte de la Baja Edad Media irrumpe con furor en Europa el tráfico de reliquias, por sus efectos milagrosos, que servían además de talismán contra el infiel (¡cuántas reliquias de la Santa Cruz rescatadas de Jerusalem se distribuyeron por aquellos años!).
Hasta bien entrado el siglo XII el Ebro se mantuvo como una estratégica marca del Islam. Hay que tener en cuenta que Alfonso I el Batallador no consiguió conquistar Tudela, Tarazona y Zaragoza hasta 1118. Las leyendas de santos peregrinos adquirieron un importante efecto propagandístico y se prodigaron por doquier. La leyenda de San Fausto, predicador en tierras sarracenas y peregrino póstumo, es similar a otras muchas (San Ramón Nonato). Quizá sea de esta época la reliquia que se venera en Bujanda.
¿Con cuál de los dos Faustos nos quedamos? ¿Con el hispanorromano del siglo VII o con el cruzado del siglo XII? No hay por qué elegir. Yo me quedo con ambos, porque ambos pueden ser compatibles. El primero, como uno más de los primeros santos peninsulares que permaneció en la memoria popular hasta que, siglos más tarde, al socaire de lo que sucediera con el Apostol Santo y otros (San Narciso, etc.), se descubriera, en un remoto y escondido lugar de la montaña alavesa, el segundo San Fausto, en la forma de una reliquia incorrupta.
La jerarquía eclesíastica alavesa no ha permitido comprobar, mediante sistemas como el carbono 14, la datación real del cuerpo de San Fausto de Bujanda. Dicen que el médico forense que extrajo la última reliquia, al observar de cerca la fisonomía del santo, se llevó una importante sorpresa...
Se celebran fiestas en honor a San Fausto además de en Bujanda (primer domingo de octubre), en Basauri y en Durango (13 de octubre). Es festejado también en Trescares, Peñamellera Alta (Asturias) así como en alguna población de Córdoba y Mallorca que todavía no he documentado.
Además de las de Basauri y Durango, existe la ermita de Okeluri en el valle de Orozko; una iglesia del s. XVI en La Revilla (Cantabria), en Mejorada del Campo (Madrid) una capilla barroca, otra en San Fost del Vallès (Barcelona), así como la de Redondela (Pontevedra); un colegio público en Ancín (Navarra), un monte en Estella y, cómo no, una plaza en su pueblo natal, Alguaire (Lérida).
No confundir con el diácono mártir de Alejandría del s. IV, ni con el de Milán, ni con el de Riez, ni con el obispo que se venera en Francia.
Ripreso in età rinascimentale dall'antico nome latino gentilizio Faustus, ha un significato essenzialmente augurale. Un protagonista del teatro e della produzione letteraria è Johannes Faust, mago e taumaturgo, famoso nel FAUSTR di W Goethe e di opere liriche e musicali di Wagner, Berliotz, Gounod, Liszt. Il 19 di novembre si festeggia San Fausto diacono, martire nel IV secolo e San Faustino, martire a Brescia sotto Adriano. Un Fausto importante, ancora nel cuore dei suoi tifosi, che si ricorda è il Coppi delle corse ciclistiche, grande campione di uno sport faticosissimo e poco remunerativo, eroe di un'epoca eroica del ciclismo, morto a 40 anni di malaria. Solo nell'azione, nel movimento, nel cambiamento Fausto riesce a trovare una vera dimensione di vita poiché l'ansia cova in lui e non gli un istante di tregua e sollievo. Ma la dedizione e la capacità di applicarsi totalmente per conseguire ciò che gli sta a cuore lo ricompensano di ogni possibile fatica. Onomastico: 19 Novembre
Santos anteriores, de época romana: San Narciso (nacido en Augsburg, Girona 304), San Fermín (obispo de Amiens, VI), San Millán (nacido en Berceo en 473), San Dídimo (obispo de Tarazona hacia 490),
Nesta página -do Frente Universitária Lepanto- se encontram apenas alguns dos inúmeros corpos incorruptos de santos e beatos da Igreja.
Los santos medievales reflejan las aspiraciones y necesidades espirituales de los hombres de su época.
La imagen de los santos transmitida en los textos hagiográficos destaca "por la figura representativa que encarna el santo y la función que ejerce en un ámbito espacial tan amplio y en un margen temporal tan extenso como el de la cristiandad medieval".
Algunas tradiciones dicen que habría nacido en la misma ciudad de Girona, y de padres de noble linaje: Lucio y Serena, de familia romana. Según esta misma tradición, habría viajado a Portugal, Praga, Alemania y finalmente otra vez a Girona. Pero esta versión ha sido rechazada por muchos historiadores. Lo más probable es que la cuna de San Narciso fuera en Alemania o en algún país próximo a esta nación. También hay quien cree que habría venido de algún país de Oriente, como Palestina, y que en sus viajes de evangelización habría pasado por Alemania.
Según la tradición, el día del martirio fue el 7 de agosto del año 304. Aparte del sermón del abad Oliba, hay otro documento del siglo XI, la carta del obispo Berenguer Wilfred de Girona, que escribió al abad del Monasterio de San Ulrico y Santa Afra de Augsburg, después que este último solicitara las reliquias del santo. El obispo gerundense le contestó que le enviaba fragmentos de huesos y vestidos de San Félix (mártir de Girona, el apóstol africano), pero no del diácono San Félix, ya que el emperador Carlomagno se los llevó a Francia, y ni mucho menos podía enviarle huesos de San Narciso. En aquella epístola, el obispo gerundense explica el porqué: "De nuestro gloriosísimo padre nuestro Narciso, pontífice y mártir de Cristo, enviamos fragmentos de los vestidos y de la estola que hay en el sepulcro, pero no hemos querido enviar partes de su cuerpo, y que hasta ahora se conserva incorrupto, por la gracia de Dios". En todas las fuentes consultadas se menciona que el cuerpo del santo fue encontrado incorrupto entre los siglos X y principios del XI.
Félix el Africano (1 agosto): procedente de Mauritania y gran evangelizador de la fe en Girona, donde tiene gran veneración en la iglesia-colegiata de su mismo nombre. Fue martirizado en el siglo IV.
San Agustín, llamado comúnmente como Agustín de Hipona, nació el 13 de noviembre del año 354, en Tagaste, la actual Souk-Ahras, no lejos de la ciudad episcopal de Hipona, situada en Argelia. Cuando él nació, Tagaste pertenecía a la provincia de Numidia. El era de raza berebere, pero era ciudadano romano y hablaba lengua latina.
Cuando en el año 410 Roma fue tomada y saqueada por Alarico el Godo, hubo una nueva erupción en contra de los cristianos, ya que los paganos decían que todas las calamidades que caían sobre la ciudad se debían a que los antiguos dioses habían sido olvidados. En parte para contestar a estas acusaciones, Agustín comenzó en el año 413 su mayor libro: La Ciudad de Dios, examen de la historia humana y justificación de la filosofía cristiana. Esta obra no se terminó sino hasta el año 426.
Nace Millán o Emiliano en Berceo en el año 473, hijo de una familia campesina de origen hispanorromano se dedica a pastorear un rebaño de ovejas. La tradición lo representa en unos montes idílicos tocando la dulzaina o entonando canciones con el acompañamiento de la cítara. A los veinte años y sumido en un sueño místico un angel le indica el camino de los riscos de Bilibio (Haro) en los que un ermitaño de nombre Félix o Felices le instruirá para que siga su ejemplo. Regresa Millán a los montes en los había cuidado su rebaño para huir del mundo y refugiándose en las cuevas de la sierra de la Demanda durante cuarenta años llevar una vida de ascetismo.
Bibliografía sobre San Millán (de la Cogolla): DUTTON, B, Vida de San Millán de la Cogolla. RUFFINATO, A., Vida de Santo Domingo de Silos. ETC.
Escribe José J. Murugarren para El Semanal (4/7/00): La tradición establece que Fermín, hijo del senador romano Firmo, con plaza en Pamplona, se convirtió al cristianismo allá por las postrimerías del siglo III. Es asimismo aceptado que San Fermín marchó a las Galias a predicar. Que estuvo en Aquitania, Auvernia y Anjou. Que murió mártir, decapitado, en Amiens. Y que el cuerpo fue sepultado a hurtadillas de sus verdugos por algunos seguidores. El culto por esta figura se inició a finales del siglo XII, exactamente en 1186 cuando el entonces obispo de Pamplona, don Pedro de París, logró para la ciudad la primera reliquia. La devoción por San Fermín se ha venido manteniendo hasta nuestros días.
Es junto a San Francisco Javier, patrón de Navarra. También fue Obispo de Amiens (Francia) y martirizado en el siglo IV. En Francia se le venera el 25 de septiembre, día de su muerte.
Su familia era originaria de Cartagena (capital de la Cartaginense). Era el más joven de cuatro hermanos: Leandro (anterior obispo de Sevilla) Fulgencio y Florentina. Su Padre era hispano-romano y su Madre posiblemente de origen visigodo. Esto haría de Isidro un modelo de la simbiosis cultural que produjeron las invasiones bárbaras en la península ibérica.
Hacia el 600 después de la muerte de su hermano es nombrado obispo de Sevilla. En el 619 celebra el Concilio II de Sevilla. Conocedor del Derecho Romano comienza Isidoro a usarlo e incorporarlo a los decretos y actas de las reuniones eclesiásticas. En el 633 preside el Concilio Toledano IV. Su influencia es notable en lo que respecta a la formación de los clérigos y la liturgia. Se cree que redactó el «ordo celebrando concilio» matriz de los subsiguientes Concilios toledanos.
Los demás filósofos antiguos de nuestra España no enseñaron acerca de los animales teoría alguna digna de especial mención, limitándose los más de ellos a decir que los brutos disfrutaban de vida sensitiva, careciendo de funciones intelectuales. Así lo enseñaron Liciniano, {2} San Martín Dumiense, San Braulio, los Padres de Toledo, y muy principalmente San Isidoro de Sevilla, el cual escribe en el núm. 16 del libro II De Differentiis que el género animal es irracional, mortal, y animado únicamente por el movimiento de la carne y de la sangre, por lo cual [29] cesando la vida del animal perece también su alma.
Liciniano fue obispo de Cartagena, y desterrado por Leovigildo, murió en Constantinopla envenenado por sus émulos. Los escritos que de tan insigne varón nos quedan revelan en él agudo ingenio y condición nada vulgar. Redúcense éstos a tres epístolas, en la tercera de las cuales prueba que los migides y las almas son espirituales. Es tres cartas puede verlas el lector en la España Sagrada del P. Flórez, tomo V, apéndice IV.
San Prudencio obispo de Tarazona, se cree que nació en esta ciudad hacia el 720.
Abogado de profesión, ocupó altos cargos en la corte de Teodosio hasta que a los 50 años hastiado de las cosas del mundo, decidió dedicarse a las cosas de Dios, componiendo poesías religiosas. Una etapa fundamental de la vida de Prudencio fue su viaje a Roma, realizado entre el 401 y el 403.
Se sabe que entró muy joven en la Orden de San Benito, en el monasterio de San Cosme y San Damián de Roma, y ya desde su noviciado brilló por su ciencia y su virtud. Murió el abad de San Cosme y San Damián, y todos le eligieron como sucesor. En vano se excusó por todos los medios que le sugirió la humildad, pues, convencidos los monjes de las cualidades de que estaba adornado Gregorio, insistieron en la elección hasta conseguirlo. Sabemos que era obispo, sin duda, como se ve por su nombre, procedente de Ostia, el puerto de Roma, y que vivió durante un tiempo en Navarra, tal vez como legado del Papa. En el año 1039 sabemos que estaba en Nájera, entonces capital del reino, y que causaba admiración por su bondad, su sabiduría y sus milagros (uno de ellos, haciendo desaparecer una plaga de langostas, explica que se le invoque en casos parecidos).
San Gregorio Ostiense, obispo de la ciudad de Ostia (Roma), fue enviado en el Siglo XI a España con motivo de las plagas que azotaban en dicha época los campos. Murió en el año 1044 en la ciudad de Logroño, dejando dispuesto que a su muerte colocaran el féretro con su cuerpo a lomos de una acémila y la soltaran; allí donde cayera muerta esta cabalgadura, debería de ser enterrado. Así aconteció en el monte llamado de Piñalba, donde solamente había una modesta ermita, bajo la advocación de San Salvador. Dada la gran veneración al "Santo de las plagas", se le da sepultura tal y como era su deseo, y mas tarde en el Siglo XVII, con los donativos obtenidos de toda la Península se erige la actual Basílica, máximo exponente del barroco navarro.
Santo leridano, patrón de las parturientas, que, como San Fausto, una vez muerto fue puesto a lomos de su caballería para que lo enterraran allá donde ésta muriera.
Enviado al norte de Africa con una suma considerable de dinero, Ramón rescató en Argel a numerosos esclavos. Cuando se le acabó el dinero, se ofreció como rehén por la libertad de ciertos prisioneros cuya situación era desesperada y cuya fe se hallaba en grave peligro. Pero el sacrificio de San Ramón no hizo más que exasperar a los infieles, quienes le trataron con terrible crueldad. Sin embargo, el magistrado principal, temiendo que si el santo moría no se pudiese obtener la suma estipulada por la libertad de los prisioneros a los que representaba, dio orden de que se le tratase más humanamente. Con ello, el santo pudo salir a la calle, lo que aprovechó para confortar y alentar a los cristianos y hasta llegó a convertir y bautizar a algunos mahometanos. Al saberlo, el gobernador le condenó a morir empalado, pero quienes estaban interesados en cobrar la suma del rescate consiguieron que se le conmutase la pena de muerte por la de flagelación. San Ramón no perdió por ello el valor, sino que prosiguió la tarea de auxiliar a cuantos se hallaban en peligro, sin dejar escapar la menor ocasión de ayudarlos. San Ramón encaró dos grandes dificultades. No tenía ya un solo centavo para rescatar cautivos y predicar el cristianismo a los musulmanes equivalía a la pena de muerte. Pero nada lo detuvo ante el llamado del Señor. Conciente del martirio inminente, volvió a instruir y exhortar tanto a los cristianos como a los infieles. El gobernador, enfurecido ante tal audacia, ordenó que se azotase al santo en todas las esquinas de la ciudad y que se le perforasen los labios con un hierro candente. Mandó ponerle en la boca un candado, cuya llave guardaba él mismo y sólo la daba al carcelero a la hora de las comidas. En esa angustiosa situación pasó San Ramón ocho meses, hasta que San Pedro Nolasco pudo finalmente enviar algunos miembros de su orden a rescatarle. San Ramón hubiese querido quedarse para asistir a los esclavos en Africa, sin embargo, obedeció la orden de su superior y pidió a Dios que aceptase sus lágrimas, ya que no le había considerado digno de derramar su sangre por las almas de sus prójimos.
Según Barbero y Vigil10 "en la época romana el cristianismo en estas regiones era prácticamente inexistente. La carencia de obispados tanto en la época romana como en la visigoda es significativa." De hecho no es hasta el 737, cuando aparece la primera prueba del inicio del impulso real de cristianización en el reino de Asturias, que es la fecha en que aparece el rey Favila en una inscripción dedicando una iglesia en Cangas. Debió existir alguna comunidad cristiana en la zona de León en la época del bajo imperio como lo atestigua la presencia de un obispo leonés en el concilio de Elvira "caso único entre las cristiandades septentrionales",según C. Sánchez Albornoz11. Existen indicios de que en esta época (siglos IV y V) existían comunidades cristianas en la zona, tanto leonesa-castellana como en la Lucense-Bracarense, pero de la que apenas existen pruebas arqueológicas según C. Sánchez Albornoz.12 "Importa, sin embargo, hacer notar la pobreza de tales manifestaciones del arte paleocristiano en las dos zonas citadas de León y Castilla, comparadas con las riquezas artísticas que brindan las cristiandades del resto de Hispania". Estas incipientes comunidades cristianas del valle del Duero correrían la misma suerte que la mayoría de las ciudades de la zona, que desaparecerían durante los siglos V al VIII. Algunos autores han querido ver rastros de cristianismo en el siglo VII en esta zona por la existencia de iglesias que han catalogado de Visigodas, pero que los estudios de Gómez Moreno y otros más recientes han desmostrado que son posteriores al siglo VIII, edificadas por monjes emigrantes del sur. Existen casos dudosos de iglesias construidas sobre ruinas de otras o la refundación de una iglesia sobre otra existente de las que hablan las crónicas y en las que algunos estudiosos han querido ver iglesias de época visigoda. Son iglesias de la zona de Burgos como la iglesia de Quintanilla de las Viñas (Burgos), que normalmente es catalogada de visigoda pero que el historiador de Castilla Fray Justo Pérez de Urbel13 reconoce que "más que un monumento visigótico, es neovisigótico". Esta iglesia, al igual que algunas otras, fue construida sobre las ruinas de otra anterior por los repobladores que iban avanzando hacia el sur durante los siglos IX y X; pero las escasas ruinas de iglesias que se encontraban no corresponden a la época visigoda sino a las iglesias que construyeron los primeros repobladores de la época de Alfonso I (739-757) en la que se pobló la Vardulia. Estas iglesias construidas más al sur de la primitiva castilla, debieron quedar abandonadas por las repetidas incursiones de los cordobeses a finales del siglo VIII. También Sánchez Albornoz reconoce la falta de pruebas de la existencia de comunidades cristianas en la zona cantábrico-asturiana. El propio Sanchez Albornoz y la historiografía en general reconoce la falsedad del mito de la evangelización de Galicia por el mismísimo apóstol Santiago, invención que surgió después del siglo VIII para reforzar la idea de la España cristiana perdida por la invasión sarracena.
Es el de la batalla de Clavijo (22.5.844), contra Ramiro I, que luchaba para librarse del tributo de las 100 doncellas.
Fue el cuarto de los soberanos omeyas de Al-Andalus. A los treinta años sucedió en el trono a su padre, Alhaken I. Arrastró tras su figura una importante corriente de simpatía y ello provocó que su gobierno no se viera salpicada por demasiados conflictos. Sólo hubo de hacer frente a tres sublevaciones, bereberes y muladíes, dos de cierta importancia que tuvieron como escenarios Mérida, Sevilla y Toledo.
Las tropas de Abderramán II intentaron apoderarse de varias regiones del norte de la Península, lográndolo con relativo éxito en los casos de Álava y Castilla, y fracasando en Barcelona, Gerona y las tierras gallegas. Fue el responsable de la primera ampliación de la Mezquita que fundó Abderramán I, dado que el recinto plantado por éste resultaba insufieciente para acoger a la importante comunidad de fieles que se concentraron en la capital de Al-Andalus. (tomado de ABC.es)
24 de mayo de 843. ABDERRAMAN II parte hacia Navarra. Emir de Córdoba. Con apenas treinta años ya era dueño de una espléndida cultura y de una inapreciable experiencia militar y política. El 24 de mayo del año 843, Abderraman II abandona Córdoba para dirigirse hacia Navarra, produciéndose un vigoroso asalto. El encuentro tiene lugar en las cercanías de Pamplona donde combaten unidas las fuerzas vasconas al mando de Garsea Enekonis (hijo del primer rey de Pamplona Eneko Arista) y las tudelanas al mando de Muza ben Muza. El resultado fue desastroso para los nuestros y Muza. Fortún Enekonis, hijo del rey, y hermano de Muza quedó muerto y su cabeza fue enviada a Córdoba para ser expuesta a las injurias de la plebe. Garsea Enekonis y su hijo Galindo resultaron heridos. En cuanto al jefe tudelano, debió de huir para salvar la vida. Pero Eneko Arista huye del reino navarro y gracias a ello no participa en la lucha contra Abderramán II. (Fuente: Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco )
Los vikingos arrasaron Sevilla y la ciudad se vengó. Este es uno de los hechos reales que aparecen en Al-Gazal, el viajero de los dos Orientes (Edhasa), la primera novela del historiador Jseús Maeso de la Torre. Una novela que el autor escribió en 1992 «y que tenía guardada en un cajón» hasta que decidió entregarla a la editorial de Barcelona. La historia de Al-Gazal está ambientada en el siglo XI durante el reinado de Abderramán II, un «auténtico rey de España», asegura el historiador, «porque dominó casi toda la península, excepto la franja del norte y Cataluña. A causa de las pocas noticias que existen del protagonista de la historia, Maeso se ha visto obligado a imaginar buena parte de la trama, aunque ha usado ciertos detalles históricos para darle veracidad. Ejemplo de ello son las descripciones de los perfumes que usaban las mujeres, los olores que desprendía cada una de las habitaciones o los detalles de los trajes usados por los protagonistas. (PILAR MAURELL )
La
histeria de España
La Historia
del Pais Vasco según los vascos y según las
crónicas antiguas (copia)
Los repobladores
andaluces en la génesis de Castilla, por Francisco García
Duarte (copia)
Compendio
de la historia de Aragón (Partido Aragonista)
De entre las numerosas cuevas artificiales existentes en el término de esta localidad, destacamos las de Santa Leocadia, Larrea y Peña del Castillo. En el complejo rupestre de Askana, excavado en el peñón existente detrás de la iglesia parroquial, se localiza la cueva de Santa Leocadia, en una de cuyas paredes se pueden contemplar unos bajorrelieves que representan una figura femenina a caballo y otra masculina en pie.
Sobre su significado se han dado varias versiones; los que la consideran la representación de la diosa romana Epona, diosa de los caballos, o los que la relacionan con la Huída a Egipto de San José y la Virgen.
Continuando por la carretera hacia Arlucea, por la orilla del río Ayuda, en las cercanías de la ermita románica de San Juan se pueden contemplar numerosos peñascos con cavidades excavadas en sus paredes, el complejo rupestre de Larrea. Destaca el conocido como Peña Castillo por haberse utilizado como fortaleza, con posterioridad a su utilización de eremitorio, conservándose algunos restos de esa estructura militar (pozo, escalones...).
Junto a este último conjunto se localiza la ermita de San Juan. Es un edificio románico interesante, de la etapa de transición al gótico, como se aprecia sobre todo en el interior. En el muro Sur se conserva una inscripción que la data en el siglo XIII. En el interior la cubierta es de bóveda de cañón recorrida por tres arcos fajones apuntados, lo que proporciona al edificio una esbeltez protogótica.
Página mantenida por Joseba
Abaitua. Dirección de contacto:
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edición: 1/9/97
. Última actualización:
9/11/01
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