LA CASTILLA GRANADINA EN LA GENESIS DE LA CASTILLA BURGALESA Y DEL CASTELLANO

Debido a la gran extensión de este ensayo reproducimos aquí solamente el índice, el prólogo y uno de los capítulos que creemos central del tema. El que esté interesado en el trabajo completo puede pedírnoslo.

 

.-INDICE.-

.-Prólogo.

1.-Introducción.

2.-Consideraciones previas.

 

2.1.-La nula tradición cristiana de Asturias y el nacimiento del "Reino de los cristianos" a partir del siglo VIII.

2.2.-La escasa romanización del norte peninsular.

2.3.-la despoblación del valle del Duero.

2.4.-La Islamización.

2.5.-La diferente densidad demográfica en la península.

2.6.-La cultura.

 

3.-Los repobladores del norte peninsular.

 

4.-Los repobladores andaluces en la génesis de Castilla.

 

4.1.-El nombre de Castilla.

4.2.-La Castilla granadina.

4.3.-El arte.

4.4.-La toponimia.

4.5.-La organización político-administrativa.

4.6.-El habla.

4.7.-Otros aspectos.

5.-El espíritu de la "reconquista".

 

6.-Conclusiones.

 

 

.-PROLOGO.-

 

 

El nacimiento y desarrollo de la Castilla condal en su primer siglo de vida es un asunto bastante oscuro para la historiografía, quedando muchos aspectos dentro de la especulación. Lo único claro es que el nombre y todo lo que significó Castilla empieza a vislumbrarse a partir del siglo VIII como consecuencia del fenómeno de la repoblación. La primitiva Castilla nace vinculada al incipiente reino asturiano como una de las zonas repobladas por Alfonso I de Asturias.

Otro dato contrastado es la existencia de una Castilla, anterior a la de Burgos e incluso confundida durante tiempo con ésta por algunos historiadores, con unos elementos culturales, religiosos y político-administrativos idénticos a los que aparecerán más tarde en la Castilla Burgalesa. Se trata de Castilla, capital de la Cora de Elvira, llamada luego Elvira.

Por lo tanto, de estos dos hechos -la existencia de una Castilla andaluza, y la aparición después de otra Castilla con los mismos elementos identificativos, como consecuencia de una repoblación- cabe deducir que la segunda Castilla nace como consecuencia de la llegada de gentes provenientes de la primera dentro del marco general del fenómeno de repoblación que se da a lo largo de los siglos VIII al XI en toda la zona norte de la península. Lo que trataremos de demostrar en este estudio.

 

 

4.-LOS REPOBLADORES ANDALUCES EN LA GENESIS DE CASTILLA.-

 

Las crónicas de la época nos hablan del nacimiento de lo que sería después el reino de Castilla, como consecuencia de una repoblación. Esta primera Castilla se va extendiendo, en un principio, como consecuencia también de la repoblación de nuevos territorios. "esto hará que durante mucho tiempo, hasta los comienzos del siglo X, "la reconquista", más que una acción guerrera, sea una pressura, una verdadera ocupación del suelo abandonado". (Fray Justo Pérez de Urbel, "Hª del Condado de Castilla")

La historiografía nos sitúa el nacimiento del primer condado castellano precisamente en AMAYA donde don Rodrigo, por orden del rey asturiano ORDOÑO I, repobló y fortificó la ciudad en el año 860 con gentes "parte de las suyas y parte venidas de Spania (mozárabes) (Crónica de Alfonso III, citada por Menéndez Pidal en "Repoblación y Tradición en la cuenca del Duero) . Fue el rey Alfonso III el magno (866-909), el que en 884 encomienda al conde castellano Diego Rodríguez la ocupación y repoblación de la parte llana, llegando hasta Burgos, a donde se trasladaría la capital; hacia el año 900 se llega hasta el Arlanza y se va repoblando el antiguo territorio de Lara y el campo de Muñó, colonizado principalmente por mozárabes cordobeses. (Eduardo Corredera Gutiérrez. " Padilla de abajo, una villa con raíz histórica".)

Las primeras repoblaciones de la zona norte de Burgos se llevaron a cabo a mediados del siglo VIII, cuando la islamización de la sociedad cristiana de al-Andalus no había tenido gran efecto y seguramente que la mayoría de los nuevos repobladores provendrían de Castilia (Granada) si nos atenemos a la coincidencia en el tiempo entre la repoblación que efectúa Alfonso I en esta zona con mozárabes y la existencia de una fuerte tensión social en Castilia (Granada) como consecuencia de los fuertes impuestos que Abderramán I impone a sus habitantes. Pero la gran repoblación andaluza se produjo entre los años 860 y 912 fechas que curiosamente coinciden con el período de máxima tensión en al-Andalus. Así, el 860 coincide con el máximo apogeo de la crisis cordobesa de los seguidores cristianos de Alvaro y Eulogio, y el 912 coincide con el inicio del reinado de Abderramán III que pacificó al-Andalus. Entre medias están las revueltas de Ibn Hafsun y la rebeldía al poder cordobés de los habitantes, mayoritariamente cristianos, de las zonas de la Axarquía, la Alpujarra y de los alfoces granadinos.

Capital importancia tuvo para la emigración andaluza al norte -no sólo a Burgos sino a toda la franja que va desde el Duero hasta los montes de la cordillera cantábrica- las protestas de los cristianos de Eulogio y Alvaro en las que participaron activamente los granadinos, pues varios de los mártires eran de la cora de Elvira, según relata el propio Eulogio en su "Memoriale Sanctorum". Estas protestas, aunque disfrazadas de religiosas, en el fondo tenían un fuerte componente económico por las fuertes cargas impositivas que imponían las autoridades cordobesas a la población en general, y a los cristianos en particular. Las crisis de este período están perfectamente explicadas por Rafael Gerardo Peinado Santaella y J. Enrique López de Coca Castañer en la HISTORIA DE GRANADA, Tomo II, Editorial Quijote. 1987.

La forma de llevar a cabo la repoblación a través de "presuras" por el que se otorga a los repobladores un terreno vacío para poder cultivarlo y edificar en él sin ninguna contrapartida y sólo por el mero hecho de repoblar el territorio, sería lo suficientemente atrayente para las gentes del sur dispuestas a emigrar a unas tierras lejanas.

 

 

4.1.-EL NOMBRE DE CASTILLA.-.

 

Las crónicas dejan claro que el nombre de Castilla no existió hasta el siglo IX, pues lo que entonces se llamaba Castilla, antes se llamaba Vardulia (Fray Justo Pérez de Urbel localiza seis textos en el que se da a Castilla el nombre de Vardulia). La primera vez que aparece el nombre de Castilla es en un documento del año 800 (documento nº 2 del cartulario de S. Millán de la Cogolla, Transcripción de Antonio Ubieto Arteta. Colección de textos medievales. Valencia 1976) y se refiere a un pequeño lugar del norte de Burgos lindando con la provincia de Santander delimitado por los valles burgaleses de Mena, Losa y Valdegovia y al norte de la comarca de la Bureba.

Según Sánchez Albornoz en su libro "El nombre de Castilla", este territorio habría estado ocupado por los autrigones desde antes de la conquista romana y posteriormente habría sido ocupado por los Várdulos procedentes de la actual provincia de Guipúzcoa y norte de Alava. Sánchez Albornoz deja claro que el topónimo de Castilla no es de estos pueblos sino que aparece en el siglo VIII, pero rechaza que este nuevo topónimo tenga nada que ver con otras Castillas, con una que existía en Túnez y otra en Granada. Sin embargo atribuye la aparición de este nombre en la zona a los "¿numerosos?" castillos que había construidos en la época romana y visigoda para contener a los vascones y cántabros.

Para confirmar su teoría alude a alguna crónica musulmana que describe las razzias que hacían los andaluces contra Alava y "Al-Quila" traduciendo esto último por "los castillos". Hemos de hacer notar que la teoría de Sánchez albornoz está poco fundamentada porque:

- Primero, porque hay algunas crónicas, como los propios anales palatinos del Califa al-Hakam II que diferencia claramente a Castilla y a Alava y los castillos, al hablar de una alianza entre García, señor de Castilla y los hijos de Gómez, señores de Alava y de los castillos. (Anales palatinos del califa de Córdoba Al-Hakam II, traducción de Emilio García Gómez)

-Segundo, no existían tantos castillos en la zona y menos en la que se llamó primeramente Castilla (recordemos que tardó todavía mucho tiempo en pertenecer a Castilla Amaya, la principal fortaleza contra los vascones).

-Tercero, porque no es seguro que Al-Quila, "los castillos" de las crónicas, se refiera a Castilla (la primitiva del primer documento) pues hasta mediados del siglo IX los escritos siguen refiriéndose a Castilla como el pequeño lugar a que aludía la primera crónica y que no limitaba con Alava, por lo que hay que entender literalmente las crónicas y pensar que cuando se refieren a las razzias contra "Alava y al-Quila" se están refiriendo a Alava y los castillos de la zona.

-Cuarto, porque si ellos mismos no llaman a su tierra "Los Castillos" ¿porqué lo van a llamar así los demás?. Ni siquiera los propios castellanos llamaban "castillos" a los castillos sino que utilizaban el término aljamiado "alcázares", así lo atestigua la propia crónica de Alfonso VII, del siglo XII, cuando describiendo los castillos dice:" fortissimae turres, quae lingua nostra dicunt alcazares". (Citado por Coloma Lleal Galcerán en "la formación de las lenguas romances peninsulares")

Otra interpretación del nombre de Castilla es la que nos da Jaime Oliver Asín "En torno a los orígenes de Castilla, su toponimia en relación con los árabes y los beréberes" que intenta demostrar que el nombre de la Castilla burgalesa viene de la Castilla Tunecina. Para ello se basa en la existencia de algún topónimo de supuesto origen beréber, pero que creo que no tiene ningún fundamento pues si algunos pobladores beréberes hubo por estas tierras no tendrían la suficiente fuerza demográfica como para imponer un toponímico y menos para que perdurara a través del tiempo y más si tenemos en cuenta que las propias crónicas musulmanes nos dicen que los beréberes asentados en la meseta se habían vuelto a su tierra hacia el 740, es decir, antes de que apareciera el nombre de Castilla en ninguna crónica.

Por lo tanto, descartadas las dos interpretaciones anteriores sobre el origen del nombre de Castilla, trataremos de demostrar ahora que la Castilla Burgalesa viene de la Castilla granadina, una destacada ciudad de la época.

 

 

4.2.-LA CASTILLA GRANADINA.-

 

Se trata de una gran ciudad de Al-Andalus que los geógrafos Ibn Galib y Yaqut así como el historiador al-Razi nos describen como la capital del distrito de Elvira, que pasó después a llamarse Elvira. Así nos lo cuenta el célebre polígrafo granadino Ibn al-Jatib en su Ihata tomando como fuente al historiador cordobés Ibn Hayyan,:"la ciudad de Elvira se llamó antiguamente Castilia, y sabido es que alcanzó gran nombradía, que se halló en el estado más floreciente, que sus habitantes gozaron de riqueza y prosperidad..de su antigua grandeza dan testimonio las ruinas y restos de sus edificios que aún subsisten.....el tiempo no cesó de espantar a los moradores de esta ciudad y sus casas fueron decayendo de día en día.." (citado en "Hª de Granada" de R. Gerardo Peinado y J. Enrique López de Coca Castañer. Editorial D. Quijote)

Pocos años después de su total destrucción en 1010, "el alfaquí Abu Ishaq, nacido en ella, cantó la desolación de la ciudad muerta por los pecados de los hombres y apenas llorada, preguntándose dónde habían ido a parar sus pretéritas maravillas, sus generosos pobladores, guerreros, sabios, nobles, hermosas doncellas; (Leopoldo Torres Balbás en "Ciudades Hispano Musulmanas")

Los restos arqueológicos nos confirman la devastación de la ciudad y la extensión de los vestigios por una superficie de dos kilómetros cuadrados expresa el desarrollo alcanzado por Qastiliya una vez que obtuvo la capitalidad de la Cora. Por la extensión de los restos encontrados por Gómez Moreno en las ruinas de Elvira y siguiendo los baremos de Torres Balbas en su estudio de las ciudades hispanomusulmanas podemos deducir que esta Castilla (Qastiliya en las crónicas musulmanas) podría tener más de 20.000 habitantes.

Esta ciudad de Castilla, situada en la vega, en las inmediaciones del pueblo de Atarfe, era diferente de otras dos ciudades -Iliberri y Garnata- que fueron las que dieron lugar a la Granada moderna. Tanto Iliberri, antigua ciudad turdetana situada junto al rio Darro, en el actual Albaycin; como Garnata, situada en la ladera que da al Genil, sólo llegaron a tener importancia a raíz del establecimiento de los Ziríes en la actual Granada y como consecuencia de la destrucción de Castilla a principios del siglo XI y el traslado de muchos de sus moradores a la nueva Granada nacida de la fusión de Garnata e Iliberri.

Existe, pues, una gran confusión entre estas tres ciudades,66 y es porque las tres tuvieron importancia en períodos diferentes de la historia. Así, Iliberri fue una ciudad importante de la Turdetania citada por Plinio junto a las de Ilurco e Ilipula, en los entornos de la vega. En el bajo imperio romano y la época visigoda tomó mayor importancia otra ciudad de la vega que se llamaba Castilla y que debido a la escasez de fuentes de la época no nos han quedado referencias de ella, ( a no ser que las monedas encontradas de la época visigoda con el nombre de Castilona, se refieran a esta ciudad). Después, en la época musulmana, se dió el nombre de Elvira a toda la región granadina. En las crónicas posteriores se utilizó el nombre de Elvira para designar indistintamente a la región y a su capital (Castilla). Con la destrucción de esta ciudad a comienzos del siglo XI, se borró su memoria.

D. Miguel Lafuente Alcántara, socio del Liceo artístico-literario de Granada nos da referencia de la "singular" excavación de la necrópolis de esta ciudad por lo jornaleros de Atarfe en un artículo escrito en 1842. "A distancia de medio cuarto de legua del pueblo del Atarfe......se ha descubierto un basto cementerio romano, un acueducto antiquísimo, y otros vestigios de población. Exceden de 200 las sepulturas que en muy pocos dias se han abierto".

En realidad, más que de una excavación se trató de un expolio por parte de los jornaleros en paro que buscaban el oro de las tumbas. Nicolás Peñalver y López, en un artículo recogido en el mismo libro nos describe las pocas piezas que pudieron comprar a algunos de estos jornaleros. Se trata de anillos, brazaletes, hebillas y jarrones, principalmente.

La importancia de la Castilla granadina durante la alta edad media y el bajo imperio romano la podemos deducir por haber sido sede del importantísimo concilio de Elvira, que aunque las crónicas posteriores lo denominan "de Elvira", en realidad se debería llamar "concilio de Castilla" pues así se llamaba la ciudad cuando se celebró, y no Elvira como le llaman las crónicas que recogen la celebración del concilio y la lista de los obispos de la ciudad, crónicas que son posteriores al siglo VIII cuando a Castilla, capital de la región de Ilbira, ya se le empezaba a conocer como Elvira.

Otro dato que nos revela la importancia de la Castilla granadina en el siglo VIII es el texto del pacto impuesto por Abderrahmán I a los habitantes de Castilla; texto que dice así: "carta de amán, otorgada por el rey engrandecido Abderrahmán a los patricios , monjes, príncipes y demás cristianos de la gente de Castilla y a sus secuaces de las demás comarcas. Otórgales seguro y paz, obligándose a no quebrantarles este pacto, mientras ellos paguen anualmente diez mil onzas de oro, diez mil libras de plata, diez mil cabezas de los mejores caballos y otros tantos mulos, con más de mil armaduras, mil cascos de hierro y otras tantas lanzas por espacio de un quinquenio". (texto citado por Fray Justo Pérez de Urbel en "Hª del Condado de Castilla" aclarando que se trata de la Castilla granadina )

Estos fuertes impuestos capaces de armar a un ejército nos dan idea de la importancia y la riqueza de Castilla. Abderramán los impone como castigo por el apoyo de los castellanos a Yusuf al-Fihri, uno de sus numerosos disidentes. Este gravoso pacto fue hecho en el 759, fecha importante para lo que tratamos de demostrar, pues coincide con el mismo período en que Alfonso I de Asturias puebla la Vardulia.

Es lógico pensar que una parte más o menos numerosa de estos castellanos, agobiados por los fuertes impuestos de Abderrahmán, acudieran a la llamada de Alfonso I para poblar la Vardulia donde encontrarían tierras libres para ellos. Esta misma fecha, la de 759, es la del primer documento del cartulario de San Millán de la Cogolla por el que unas monjas se establecen en el monasterio de S. Miguel, en San Miguel de Pedroso, en la Vardulia.

Por lo tanto, procede suponer que algunos de aquellos patricios (los fidalgos), monjes y príncipes (los comes o condes) de Castilla, se trasladaran a la Vardulia y siguieran conservando allí su condición de castellanos y por añadidura darían el nombre de Castilla a aquellas tierras.

Ya hemos visto que el traslado de cristianos del sur al norte no era la primera ni la última vez que se producía. Estos castellanos lo único que hacen es trasladar a sus nuevas tierras todo lo que son y conocen en su Castilla de origen; desde el arte, la religión, la agricultura, la organización administrativa, la toponimia, hasta la propia forma de hablar, un latín más o menos culto y una lengua romance salpicada con arabismos que es el Aljamía;

 

4.3.-El arte.-

 

En las ruinas de Castilla (Elvira) encontró el gran arqueólogo granadino Gómez Moreno un plato con la imagen de un caballo y un azor, curiosamente lo mismo que aparece en un tejido que se conserva en el monasterio de Oña,(Burgos) y que según su párroco D. Agustín Lázaro López en un fascículo sobre "Oña, la villa condal en la historia y en el arte"(1977) "perteneció a la familia condal y luego sirvió de mortaja al conde Sancho, decorado con los símbolos de la independencia de Castilla, el caballo y el azor". Esta misma mortaja tiene una cenefa con una inscripción coránica en árabe.

El arte de la cetrería, que es lo que viene a significar el caballo y el azor, estaba bastante extendido entre los comes, nobles y gente pudiente en general tanto de la Castilla granadina como del resto de Al- Andalus y así queda atestiguado en el plato de Elvira a que hemos aludido antes y en algunas representanciones de las arquetas de Medina Azahara.

Rastreando la arquitectura por la geografía de Burgos con Fray Valentín de la Cruz en su "Guía completa de las tierras del Cid" vemos la huellas de estos andaluces repobladores. En las zonas de repoblación más antigua los restos arqueológicos son mas arcaicos; Fray Valentín los califica de "estilo visigótico", mozárabe con influencia oriental y bizantina -recordemos que la zona de Granada estuvo bastante tiempo bajo influencia bizantina- e incluso cuando no sabe como calificarlo dice que es un estilo "arcaico" o "extraño".

Así, en Valdelateja existe "una fortaleza del siglo IX y la ermita de las Santas Centola y Elena (mártires del siglo III).Ahí está con su arco visigótico (es un arco de herradura que creo no se debe calificar de visigótico pues ya existía antes de esta época -ver "Génesis y función del arco de herradura" de Ramón Corzo Sánchez en revista Al-Andalus.) en la parte interior del ábside cuadrado y un óculo a cuyo alrededor se lee entre una cruz de la que penden el alfa y el omega y un racimo:" Ferdenandus et Gutina", Fernando y Gudina, los señores que dirigieron la repoblación y crearon este alfoz.... nieto de este matrimonio fue don Fernando González, nuestro primer conde soberano".

Arco de herradura y símbolos de una creencia arriana hay en Quintanilla de las Viñas. Esta iglesia ha sido calificada por algunos estudiosos de visigoda y la han fechado antes del siglo VII; pero otros, entre ellos Fray Justo Perez de Urbel, la califican de neovisigótica. Arco Mozárabe , Santa Mª de Retortillo. Influencia oriental y visigótica en la iglesia de Monasterio. Cruz Gótica florida en la iglesia de Tardajos, que también tiene un castillo construido a finales del siglo IX. Santa Olalla tiene una "extraña" iglesia arcaica. En Cillaperlata la iglesia de Covadonga tiene una pila bautismal "con raros adornos".En Tartalés de Cilla," lugar escondido entre carrascos y pinos; su iglesia es bizantino-románica y hay en el monte una basílica excavada en la roca, con batisterio, iconostasio y sepulturas antropomorfas, que sirvió para alguna comunidad hacia el 850." y que tanto nos recuerdan a la de Bobastro (Málaga). Este tipo de necrópolis altomedieval también la encontramos en Villanueva Soportilla y en Quintana María. En Redecilla del Camino, hay una antigua pila bautismal con marcadas influencias mozárabes y bizantinas. En Fresneda de la Sierra Tirón hay una Iglesia de S. Vicente con "elementos visigodos" -recordemos que en Qastiliya había tres iglesias dedicadas a S.Vicente, S.Esteban y S.Juan Bautista.71 En la colegiata de Covarrubias existía un antiguo templo mozárabe en el que se llevaba a cabo la liturgia isidoriana. En la Iglesia de S. Pelayo, en los límites de la màs primitiva Castilla, existe una inscripción que dice: "soy Pelayo de Córdoba".

La repoblación de la Vardulia se hizo en tiempos de Alfonso I, según cuenta la crónica de Alfonso III; es decir, que esta repoblación se llevaría a efecto hacia mediados del siglo VIII cuando los nuevos pobladores todavía no conocían las nuevas formas arquitectónicas y artísticas que imperarían a partir del siglo IX y X; y es por eso que su arte resulta más arcaico, y "bizantino" que el de los repobladores posteriores. Aunque algunos especialistas han querido ver en las iglesias mas antiguas vestigios de un poblamiento cristiano anterior al siglo VIII, como es el caso de la iglesia de Quintanilla de las Viñas lo cierto es que no existen pruebas de ello.

Esta primera repoblación de la zona de Burgos que las crónicas llaman Vardulia se extendería por una amplia zona de la actual provincia de Burgos como lo atestigua el documento del cartulario de S. Millán de 759, antes mencionado, o también lo puede atestiguar el hecho de que los repobladores del siglo IX y X se encuentren ruinas de algunas iglesias en los lugares que llegan a hacer "presuras" o nuevos poblamientos. Estos primeros repobladores se replegarían hacia las montañas ante las acometidas y las algaradas de las huestes de Hisam I (788-796) de finales del siglo VIII, razzias que vienen reseñadas en las fuentes musulmanas. Quizás estos primeros pobladores se instalaran en grutas o cuevas naturales como el caso de Covadonga; San Millán de la Cogolla, donde existían antes del monasterio unas cuevas de posibles ermitaños, San Juan de la Peña o la propia Sotoscueva en la primitiva Castilla, o quizás se refugiaran en estas cuevas-monasterio ante las acometidas de las huestes de Hisam. Lo cierto es que los repobladores "autóctonos" del siglo IX, descedientes de los llegados allí el siglo anterior, salieron de estas zonas poblando otras que se encontraban vacías o en ruinas a los que se añadían los nuevos repobladores venidos del sur.

 

4.4.-La Toponimia.-

 

En una zona con los antecedentes que hemos visto de no cristianización y escasa romanización es de resaltar la multitud de topónimos romances y cristianos que surgen a partir del siglo VIII. Muchos de estos topónimos persisten aún de una forma desfigurada y otros han desaparecido. Muchos de los poblados nacidos en los siglos VIII al XII, período de la máxima repoblación, quedaron abandonados muy pronto. Los primeros poblados reciben casi todos el nombre de santos que probablemente no fueran más que un lugar asignado a una iglesia y poco más. Como señala el documento conocido como "Becerro de las behetrías", de los dos mil cuatrocientos lugares que había en Castilla en 1351, cuatrocientos ochenta y ocho se hallaban ya despoblados.

En algunos casos la toponimia nos puede revelar claramente la procedencia de los repobladores a que hacen referencia los manuscritos de los monasterios. En un documento de 864 conservado en el Monasterio de San Millán de la Cogolla aparece un serna de Andaluz. También clarísima es la procedencia del cantero de la iglesia de San Pelayo, justo entre los límites de la Castilla más primitiva y el valle de Mena, porque el propio cantero lo firma con la inscripción " soy Pelayo de Córdoba". Lógicamente el repoblador le pone a la iglesia el nombre del santo de su devoción.

Este no sería un caso único sino más bien lo normal, que es poner a la nueva iglesia o monasterio o bien el santo de su devoción o el de la iglesia a la que pertenecía en su tierra de origen. Así, los primeros repobladores van poniendo a los monasterios o iglesias que van fundando nombres como el del Arcangel San Miguel, o el de Santa Olalla (Eulalia), San Martín, San Vicente, San Cipriano, San Esteban, San Juan, San Félix, Santos Justo y Pastor, San Cosme y San Damian, Santos Pedro y Pablo, Santa Columba (Coloma), San Salvador, Sta. María, etc..74 Estos mismos nombres son los que tienen las iglesias de Andalucía. En concreto, en la Castilla granadina existían tres iglesias dedicadas a S. Juan Bautista, San Vicente y San Esteban; y en la Córdoba de Eulogio y Alvaro existían las iglesias de San Vicente, San Cipriano, San Cosme y San Damián, Santos Justo y Pastor, San Miguel, Santa Eulalia, Santa Columba, San Martín, San Zoilo, etc.75

Estos repobladores no sólo ponían nombres de santos sino que hay también una abundante toponímia que hace referencia a la naturaleza del lugar; son nombres como haedo, fresnedo, manzanares, perales, pomar, cerezos, cebolleros, fuente agria, aguas frías, aguas cálidas, angosto, alto, etc..Abundan también el nombre de quinta o quintanilla, nombre muy normal de gente romanizada que lo utiliza para designar a su casa de campo. Muchos topónimos hacen referencia al nombre propio del repoblador

como Villadiego, Villasur, Villegas, Villamezán, Villahizás, Villamartin, Quintanavides, etc.. Puede que estos nombres no reflejen nada aparentemente, pero si pensamos que algunos de ellos son claramente arabizados,(manzana, cebolla, alto de zalama-paz-, mezán, hizás, avides) podemos entender que este tipo de nombres sólo pueden ponerlo gentes que vienen de una zona en que existía un estrecho contacto con la lengua árabe.

Toponimia claramente arabizada también aparece en estos lares en los que no hubo "invasión musulmana" y menos en la época en que aparecen los topónimos, por lo que solo se puede entender como procedentes del sur en una época en que los cristianos andaluces ya estaban fuertemente arabizados. (Son casos como los de Mahamud, Medina, Bahabón). Existen bastantes topónimos que nos recuerdan otros de Andalucía, en general, y de Granada, en particular. Son los de Lantarón (Lanjarón-Granada); Gumiel, Regumiel ( Gomiel-Granada); Lopeira, ya desaparecido (Lopera-Granada); Bañuelos ( Albuñuelas -Granada-); Cogullos, S. Millán de la Cogolla (Cogollos Vega -Granada); Castil (Castril -Granada); Manciles ( Almaciles -Granada-); Cuéllar, Cózar (Cúllar -Granada-).

 

4.5.-la organización politico-administrativa.-

 

En la organización político-administrativa se ve claramente un paralelismo entre las dos castillas, la granadina y la que surge con posterioridad en el norte de Burgos.

Las pocas referencias que existen sobre la Cora de Elvira, cuya capital era Castilla, nos dan una estructura administrativa en cuya base están los pueblos y sus alfoces, que eran las aldeas y alquerías que dependían del pueblo principal. Estos a su vez estaban agrupados en distritos bajo la dependencia de un castillo o fortaleza, los distritos a su vez dependían del Gobernador que tenía su sede en Castilla, la capital de la cora. Al frente de cada comunidad había un comes (conde) también llamado defensor o protector que normalmente eran, según al-Jatib: "hombres experimentados, inteligentes y tratables, y que sabían lo que cada uno de los suyos debía pagar por la capitación"76. De lo que deducimos que el "comes" más importante sería el de Castilla-Elvira.

Este mismo tipo de organización es la que vemos en Burgos en los comienzos de la repoblación que creó "Homines de benefactoría", hombres buenos que aunque no eran nobles conservaban su plena libertad y la propiedad sobre las tierras yermas que habían rotulado al comienzo de la repoblación. "los legisladores reunidos en 1020 procuraron salvar los derechos de los "homines de benefactoría" decretando su plena potestad para romper vínculos de dependencia conservando íntegramente sus bienes y su libertad."77

Hacia el año 900 las pequeñas comunidades de hombres libres aparecen "gobernados" o protegidos por los Comites (condes) -recordemos la semejanza con los Comes de al-Andalus-. Mas adelante aparecen organizados en Behetrías (derivado de Benefactorias) en las que el pueblo libre (homines de benefactoría) elegían a su señor o protector que más les convenía. Estas comunidades se regían por sus propios fueros y fue precisamente cuando los reyes asturianos, en su conversión al neogoticismo, quisieron imponer a los castellanos el fuero juzgo visigótico, entonces se inician los primeros intentos de independencia castellana respecto al reino asturiano.

Otra de las típicas divisiones geográficas que los andaluces llevaron a estas tierras es el Alfoz, que en Andalucía designaba a la vega circundante de las poblaciones con sus anexos y que en Castilla "el alfoz era, en el siglo X, un territorio pequeño o distrital en que se subdividían los condados en Castilla. Como vocablo, este nombre había llegado con los mozárabes venidos del sur (Andalucía principalmente)".78

Los historiadores de los condados y del reino de Castilla no nos explican como un territorio pequeño, al que en el año 800 se le conoce como Castilla y al que en el año 872 todavía se le distingue de los territorios del valle de Mena y el de Losa (en el norte de Burgos) dio nombre a toda una región y a un reino. Es cierto que existe poco material para reconstruir la historia de la primitiva castilla, sólo algunas crónicas como la de Alfonso III y alguna otra que apenas hace referencia a esta primera Castilla y en general sólo para hablar de algunas repoblaciones o la fundación de algún monasterio. Poca cosa para reconstruir el primer siglo de su existencia. Después vendrán las Gestas y los Anales, documentos no muy válidos por su tendencia a la exageración y a la parcialidad.

La única realidad es que la Castilla primitiva es un territorio que depende del reino astur gracias a la iniciativa de Alfonso I que la puebla a mediados del siglo VIII. Este poblamiento se produce sobre todo a través del sistema de "presuras" en virtud del cual el repoblador toma posesión de un territorio yermo. Normalmente este repoblamiento se hace a través de eclesiásticos que fundan una iglesia o un convento, como lo atestiguan los pocos documentos que existen sobre el particular. Este dato, el del cristianismo, nos hace pensar que los repobladores sean del sur en general, tanto de Andalucía, como Toledo o Mérida. La falta de datos de la existencia de un cristianismo consolidado en Asturias, hace pensar en la no procedencia asturiana de estos primeros repobladores.

Pero hay un factor más revelador de la procedencia sureña de los primeros repobladores; es la existencia de algunas palabras arabizadas en los primeros textos de la repoblación. Este es el caso del primer escrito79 donde aparece el nombre de Castilla, fechado en el 800, en donde aparece la palabra "mazanares" y el término "foze", palabras arabizadas que sólo podía utilizar en aquellas tempranas fechas gentes provenientes de Andalucía en primera o sucesivas generaciones.

Los escritos posteriores van incluyendo nuevos términos arabizados como "allatone" , "infanzone" o "hatta"; incluso en el siglo X, con la venida de repobladores muy arabizados van apareciendo anotaciones en árabe en los escritos latinos. Aunque en el caso de León son bien patentes, en los de San Millán de la Cogolla, según Gómez Moreno, se notan raspaduras de haberlas eliminado, aunque alguna se les ha pasado. Curioso es el caso de un inventario de la Iglesia de Covarrubias "lleno de extrañezas" según Menendez Pidal y que Arnald Steiger, (Un inventario mozárabe de la iglesia de Covarrubias. Revista Al-Andalus) lo califica claramente de mozárabe por la cantidad de arabismos. Por la fecha de este inventario, año 1112, corresponde a la última ola de emigrantes andaluces a las tierras del norte a causa de la intransigencia de los Almorávides y Almohades.

 

Francisco García Duarte

Barcelona, 1994