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| Jueves 20 de abril de 2000 |
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Las editoriales tradicionales afrontan con cautela la edición electrónica Los editores digitales auguran la proliferación de iniciativas conjuntas
Mientras los editores tradicionales como Pere Vicens esperan la respuesta del lector a Internet para adaptarse a las nuevas tecnologías y hacer un producto competitivo, los editores electrónicos como Xavier Badosa, con cinco años de experiencia, aseguran que la red obliga al editor a establecer nuevas relaciones con todos los actores: sus autores, los traductores, los agentes literarios, los distribuidores o los impresores. Ambos coinciden en la posibilidad de que en el futuro proliferen las 'joint ventures' entre editores digitales y quienes están en la edición analógica.
Uno de los problemas de la edición en Internet, para el presidente electo de la Unión Internacional de Editores (UIE), Pere Vicens Rahola, es que "se está introduciendo gente totalmente asilvestrada". Vicens no otorga a los editores aficionados la credibilidad que reserva para los profesionales. "Usted entra en Internet y encuentra La historia de mis padres, contada por el señor Pérez. Yo no tengo un minuto para leerla, aunque me la regalen. Pero usted sale a la calle y ve El capitán Alatristre en Alfaguara, y sabe que adquirirá un libro que puede ser divertido o no, pero que detrás tiene un mínimo de garantía y de rigor".
Pero la red es sutil. Los editores a los que se refiere Vicens conviven en Internet con otros profesionales-aficionados que dedican mucho tiempo a la publicación digital, sin ninguna retribución. Es el caso del economista Xavier Badosa, que divulga textos originales desde 1995.
Badosa edita en su página web sólo una minoría de las obras que recibe. Los autores que publica no cobran, porque los lectores no pagan. Aunque Badosa no descarta que la situación cambie, para que sus autores se "vean compensados por el esfuerzo".
Badosa observa que la red obliga al editor a establecer nuevas relaciones con todos los actores del sector: sus propios autores, los lectores tradicionales, los traductores, los agentes literarios, los distribuidores o los impresores.
¿Dónde acabará la relación entre unos y otros? En lo que se refiere a la que hay entre nuevos y viejos editores, Badosa y Vicens coinciden en que una posibilidad es que empiecen a proliferar las joint ventures . Los editores digitales pondrán el juego de cintura y las grandes empresas, la solidez. Aunque para Pere Vicens "los editores aún esperan la respuesta del lector a Internet".
En el próximo congreso de la UIE que se celebra del 1 al 3 de mayo en Buenos Aires (Argentina) se discutirá el papel de las nuevas tecnologías y "cómo los editores pueden interpretarlas para hacer un producto más competitivo", asegura Vicens.
"Los editores siempre se han sabido adaptar al progreso y las nuevas tecnologías", observa el director gerente de la editorial de material escolar Vicens Vives, Pere Vicens, para quien la incógnita no son los hábitos de su colectivo, sino los del lector. "No sabemos si el gran público aceptará leer a través de Internet".
Vicens recuerda que el gasto por persona, año y libro es en España de unas 6.000 pesetas. Y no tiene porqué disminuir. Otra cosa es cómo el lector va a invertir su presupuesto en el futuro. "El hombre necesitará siempre un medio para reproducir el alfabeto, es decir, leer. Y este medio tendrá que adaptarse a las necesidades de quien lo utilice: a algunos no les compensará comprar un e-Book, otros sólo necesitarán Internet, y también habrá quien quiera a la vez la red y el libro".
La tecnología evoluciona pero el problema es el de la comodidad del lector. "El problema nunca ha sido el soporte sino dar al lector un producto exigente".
En España se editan 70.000 títulos anuales, "que van a verse poco afectados por Internet, hasta que no salga un recambio de verdad del papel". Incluso entonces la transformación no será radical: "Tal vez afecte a unos 5.000 títulos". ¿Conoce algún estudio? "No, pero el estudio más fiable es que actualmente se editan más libros que nunca. Hace 20 años se editaban en España unos 9.000 títulos. La producción editorial está aumentado nada menos que un 5% cada año en todo el mundo".
Para el editor, "en Internet pueden estar los best-sellers, los libros de gran venta. O, al contrario, los libros que alguien pone en la red sin llegar a editar. Fuera de estos campos, estamos hablando de una cantidad muy importante de libros, que interesan a lectores que no tienen anhelo por el libro electrónico".
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