Euskarafobia
Sandeces memorables acerca del euskara


No me resisto a publicar algunas perlas increibles acerca del euskara, recogidas a políticos y medios de comunicación. Son una muestra tan formidable de ignorancia y de sandez que le dejan a uno sin palabras. Parece difícil que puedan ser tan necios y tan estúpidos; pero la explicación que queda es desalentadora, porque implica necesariamente la desvergüenza de sus autores. ¿Cuál será la explicación correcta? ¿Son necios, son bobos, son sinvergüenzas? ¿Son todas esas cosas, y acaso más, en distinas proporciones?

Por otra parte, internet está llena de foros donde pueden leerse las barbaridades más absurdas acerca –y en contra– del euskara. Pero sus autores son anónimos y, supuestamente, poco instruidos. En cualquier caso, esto es otra historia...

Por último, a quien tenga afición por lecturas bizarras, le recomiendo El libro negro del euskera. ¡Se le abrirán las carnes!



La prensa escrita

Un pie de foto

La selección vasca de fútbol jugó el verano del 2007 un partido amistoso en Venezuela. Antes de comenzar, los jugadores exhibieron una pancarta a favor de la oficialidad de su selección, que fue "entendida" de la siguiente manera por el periódico La Razón:

La Razón (24-06-2007)


Keith Johnson: "La inquisición vasca: cómo se dice 'pastor' en euskera?" (The Wall Street Journal, 6-11-2007)

El periodista norteamericano escribió un artículo en el que exponía la tesis de que el euskara oprime en los últimos años al español, debido a la política del Gobierno Vasco, que es separatista y filoterrorista. Además, dejaba jugosas perlas sobre la propia lengua. Coloco el artículo entero, en una traducción encontrada en Euskosare:

BILBAO, España — Rosa Esquivias está atrapada en primera línea de la lucha vasca para conseguir la independencia de España. En realidad… está en la primera fila de su clase de euskera.
Esquivias, de 50 años, profesora de matemáticas de secundaria, hispanohablante y oriunda de Bilbao, tiene que aprender euskera o, de lo contrario, arriesgarse a perder su puesto de trabajo. Como a sus nueve compañeros de clase, incluido un hombre que enseña castellano a inmigrantes, le han concedido al menos un año sabático, con sueldo, para que pase 25 horas semanales memorizando verbos y aprendiendo vocabulario en euskera, un idioma que no guarda relación con ninguna otra lengua europea y hablado por menos de un millón de personas. Cerca de 450 millones de personas hablan castellano.
“Para el trabajo que desempeño, creo que aprender euskera es una exageración” declara Esquivias.
Los separatistas vascos llevan 39 años luchando por independizarse de España. Pero en los últimos tiempos, muchos prefieren empuñar la gramática en vez de las armas. Los separatistas aún sueñan con crear su propio país pero, mientras tanto, experimentan imponiendo un estricto régimen de euskera en todos los aspectos de la vida pública. En la actualidad, el País Vasco tiene unos 2,1 millones de habitantes de los cuales aproximadamente el 30% habla euskera y más del 95% habla castellano.
El gobierno regional del País Vasco ha empezado a apretar las tuercas de su política lingüística hasta el punto de que ahora, todos los empleados públicos, desde los carteros hasta los bomberos, tiene que aprender euskera para conseguir (o mantener) un puesto de trabajo. Los policías dejan las calles para afinar su gramática y las empresas que hacen negocios con el Gobierno vasco tienen que hacerlo en euskera. A partir del año que viene, los estudiantes que ingresen en las escuelas públicas sólo recibirán clases en euskera.
Aunque en el País Vasco faltan médicos, los servicios de salud obligan al personal médico a hablar euskera. El reglamento de los servicios de salud detalla cómo se debería utilizar el euskera en cada situación médica, desde las consultas con los pacientes hasta dejar un mensaje telefónico o hacer un anuncio mediante un sistema público de comunicación (primero en euskera, luego en castellano). Existen normas que especifican el tipo de letra y la ubicación de las señalizaciones en los hospitales (las indicaciones en euskera deben ir arriba o a la izquierda, y siempre en negrita).
El objetivo oficial de la política vasca es cambiar el estatus "co-oficial" del euskera con respecto al castellano por un estatus "co-igualitario". Según los defensores del euskera, eso es necesario para compensar años de represión lingüística. El uso del idioma fue prohibido durante los 36 años de la dictadura de Franco, y no empezó a utilizarse de nuevo hasta los años 1980.
"Para tener una sociedad verdaderamente bilingüe, hay que llevar a cabo una discriminación positiva", afirma Mertxe Múgica, responsable de las academias de lengua vasca, donde estudia Esquivias. Muchos hablantes de euskera todavía se sienten discriminados por la prevalencia del español.
Pero mientras los nacionalistas vascos intentan fomentar el uso generalizado de su idioma, se están encontrando con una realidad nada cómoda.
"El euskera no se usa en la vida real" dice Leopoldo Barreda, responsable del Partido Popular en el Parlamento Vasco. Aunque ha existido durante miles de años (hay registros escritos en euskera anteriores al español), es una lengua anticuada que se ajusta poco a la vida contemporánea. El euskera no guarda relación con ningún otro idioma aunque hay teorías que lo relacionan con lenguas desde el berebere al inuit (esquimal).
Por ejemplo, Aeropuerto, ciencia, renacimiento, democracia, gobierno e independencia, son palabras de creación reciente sin raíz en el euskera tradicional: aireportu, zientzia, errenazimendu, demokrazia, gobernu, independentzia.
Sin embrago, hay 10 palabras diferentes para decir "pastor" dependiendo del tipo de animal. Astazain, por ejemplo, es el que cuida los burros, urdain el que cuida cerdos. Un vaquero es behizain en euskera. Mientras que las lenguas europeas tienen raíces similares para palabras básicas, como los números (three, drei, tres, trois), contar en euskera no tiene nada que ver: bat, bi, iru, lau, y hasta hamar que significa 10. Los vascos creyentes rezan a “Jainko”.
El Gobierno Vasco ha invertido años de esfuerzo y billones de euros para asegurarse de que todo documento oficial, desde solicitudes de trabajo para trabajadores sanitarios hasta becas de agricultura de la Unión Europea estén disponibles en euskera. Sin embargo, este año, en San Sebastián, cuna del nacionalismo vasco y la segunda ciudad de la región, nadie ha optado por hacer el examen de conducir en euskera, comenta el Sr. Barreda.
El canal de TV en euskera está repleto de series famosas como la pelirroja “Pipi Galtzaluze”, pero tiene un share de audiencia en el País Vasco de un 4’4%, según los datos de la Taylor Nelson Sofres (menos que el canal de documentos sobre animales de la televisión pública).
Incluso algunos de quienes defienden la independencia vasca tienen problemas con el manejo de la gramática del euskera. Juan José Ibarretxe, Presidente del Gobierno Vasco, utiliza un euskera poco fluido en las conferencias de prensa. Como la mayoría de la gente de la región, creció hablando español y tuvo que aprender euskera de mayor.
Otros adultos que se enfrentan a la nueva política lingüística tienen dificultades para aprender la lengua. "Creo que somos los últimos de la vieja guardia pero no tenemos elección", dice Ignacio García, un profesor de matemáticas, compañero de clase de Esquivias y que está sudando la gota gorda con los apuntes antes de su primer examen de euskera.
La política lingüística ha llevado a un impulso de reeducación masiva de adultos pues decenas de miles han tenido que volver a la escuela. Sus problemas han llegado a aparecer en un programa cómico en euskera: en una escena unos adultos no euskaldunes que han sido enviados al euskaltegi tienen que pedir a alumnos de primaria que les ayuden con sus deberes.
Joseba Arregi, antiguo Consejero de Cultura, hablante nativo de euskera y en su día diseñador de la política lingüística, cree que el euskera se está forzando demasiado. "No es apropiado para la conversación diaria", afirma. "Cuando se impone una lengua, se usa menos y eso crea un círculo diabólico de imposición y de rechazo".
En las aulas, el uso del euskera ha permitido a los separatistas controlar el currículo. Los libros de texto en euskera no cuentan a los estudiantes que le País Vasco es parte de España, por ejemplo. Hay libros de primaria que ni siquiera mencionan la palabra España.
Se enseña a los alumnos que viven en Euskadi, que se extiende por zonas de España y del sur de Francia y que fue colonizado por "el Estado Español".
Algunos políticos locales están preocupados porque la insistencia sobre la lengua vasca hace imposible la reconciliación entre los separatistas y España. "Todo lo que los jóvenes vascos encuentran más tarde en la vida (como el hecho de que viven en España) aparece como una imposición de Madrid", dice Santiago Abascal un diputado del PP que trabaja en contra de la política lingüística. "Esto crea una frustración que alimenta la violencia en el País Vasco".
Pero volviendo a la clase, la mayor parte de la frustración parece estar relacionada con la difícil gramática, los exámenes y la dificultad de encontrar programas de calidad en la televisión vasca.
Arantza Goikolea, la profesora de Esquivias, propone en clase un ejercicio sobre sus rutinas diarias. Tamara Allende, de 25 años, comenta en un euskera macarrónico que ve mucho la televisión por la noche.
¿Programas en euskera?, pregunta Goikolea. Allende baja la cabeza y se le encienden las mejillas. "No, series en español", farfulla, ante un coro de abucheos de la profesora y del resto de la clase.


La radio

César Vidal (La linterna, en la cadena COPE)

César Vidal, un hombre supuestamente culto, con varias carreras universitarias y un par de doctorados, realiza una "análisis lingüístico" tan disparatado como sonrojante:



Cocidito madrileño

Cocidito madrileño es un famoso programa de Radio Euskadi en el que repasan sabrosas "perlas" recogidas en las radios madrileñas. Coloco aquí tres referidas al euskara:



Los políticos

Manuel Fraga Iribarne

El veterano político entendía, en 2006, que el euskara era una lengua de museo, que no sirve para la vida moderna:

En 2010, Fraga va un poco más alla y entiende que el euskara es, directamente, una lengua muerta:


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