"Somos animales capaces de dotar de significados múltiples a nuestros propios gruñidos. Esta extraña habilidad nos ha permitido triunfar como especie, a pesar de no ser capaces de comprenderla"
(A. Iribar, 2008).
Todos nacemos con la capacidad de adquirir el lenguaje y con el reconocimiento innato de la música. Son facultades universales.
Ambas tienen límites geográficos, estilísticos, sociales.
Ambas pueden agruparse en familias, tienen un origen, una evolución.
Ambas comparten tres modos de expresión:
Vocal (palabra oral y canción).
Gestual (lengua de signos y danza).
Escrito o transcrito (como producto cultural).
Ambas comparten el fenómeno de la articulación (modificaciones sucesivas del sonido mediante movimientos de la lengua, etc.).
En ambas casos es difícil separar lo vocal de lo gestual:
La música arrastra nuestro cuerpo.
Es difícil hablar sin gesticular.
Ambas tienen una base biológica cerebral. Una patología puede causar afasia (pérdida del lenguaje) o amusia (pérdida de la música).
La adquisición de ambas es parecida (¿?):
Cualquier niño adquiere cualquier lengua de manera similar.
Los niños de sociedades tribales diferentes adquieren sus manifestaciones musicales de manera similar. (La cultura occidental y su música culta es tal vez una excepción.)
Ambas son sistemas combinatorios: los elementos acústicos (palabras o notas) se combinan para formar expresiones (oraciones o melodías), que a su vez pueden organizarse en periodos más complejos.
Esta combinación posee dos características comunes: la recursividad y el ritmo.
La recursividad:
Unos elementos se integran dentro de otros, de modo que con una número finito de elementos se puede generar un número teóricamente infinito de enunciados complejos.
Parece una característica exclusiva del género Homo.
La lingüística la considera un aspecto básico del lenguaje (Chomsky).
Suele olvidarse que también es fundamental en la música.
El ritmo:
Los elementos se combinan mediante patrones temporales, que tienden a repetirse (isocronía).
No parece una característica exclusiva del género Homo.
Se entiende como una parte esencial de la música.
Suele olvidarse que también es fundamental en el lenguaje (en los enunciados y en los actos comunicativos).
Aunque sean sistemas jerárquicos construidos sobre unidades discretas, esas unidades son diferentes:
Las lingüísticas son signos arbitrarios (sgte. y sgdo.).
Las musicales carecen de sentido referencial.
Pueden aducirse ejemplos fronterizos
Algunas palabras pueden significar algo. Un ejemplo clásico es el de las voces de los animales.
Las frases estereotipadas, o las aprendidas de otras lenguas, ¿tienen significado?
Sólo la lengua posee una gramática.
Los elementos lingüísticos se combinan según unas reglas gramaticales. La lingüística chomskyana entiende que la gramática es universal.
En la música, los elementos se combinan normalmente siguiendo reglas o rutinas, pero éstas no componen una gramática, no son imprescindibles para su composición y su significado.
Las gramáticas lingüísticas cambian con lentitud (hay presión para la estabilidad).
Las “gramáticas musicales" cambian con rapidez (hay presión para el cambio).
La mayor diferencia es tal vez el contenido referencial.
La lengua tiene contenido referencial y finalidad comunicativa. La lengua tiene otras muchas funciones: expresiva, poética, conativa, fática, metalingüística (Jakobson).
La música no es un sistema de comunicación referencial:
A veces consigue transmitir significados.
Puede causar impresiones hondas, puede arrastrarnos el cuerpo... Es más manipulador que referencial (función conativa).