Lenguaje y Música: Unidad 6 |
La comunicación en los primeros homínidos |
El nacimiento del lenguaje Hmmmm |
Partimos de la imagen de la unidad anterior, que sitúa al género Homo junto al resto de los simios:
Ahora hacemos una especie de zoom sobre la figura de los homínidos. Obtenemos así lo que se conoce como árbol filogenético del ser humano. Se presentan dos versiones (de las muchas existentes):
Los homínidos son la familia de todos los primates de la familia del Homo sapiens. Todos, salvo éste, están extinguidos.
No hay restos fósiles del hipotético primer homínido, antecesor común del hombre y del chimpancé.
El primer vestigio fósil indudablemente homínido es el Ardipithecus ramidus (4’5 millones de años, Etiopía, parecido a un simio, posible bipedismo).
Hay otros fósiles de probables homínidos mucho más antiguos. El candidato más conocido entre estos posibles homínidos es el Orrorin tugenensis (6 millones de años).
Este muy importante tener en cuenta que el árbol filogenético humano está en un continuo proceso de reconstrucción. Por una parte, cada nuevo hallazgo puede hacer variar el consenso establecido; por otra, las conclusiones a las que llegan los estudiosos a partir de los restos son casi siempre objeto de debate.
Resumen MUY general: entre 4’5 y 1’8 millones de años, vivieron en África varios “simios bípedos”, divididos en varias especies, cada una con sus propias características (dentadura, cerebro), reflejo de las diferencias de dieta y de comportamiento.
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El género Australopithecis engloba a una grupo heterogéneo de homínidos con tres características principales:
Se suele dar por sentado que eran velludos como los simios actuales.
Se distinguen varias especies, de entre 4'2 y 2 millones de años: Australopithecus anamensis, africanus, sediba, garhi, bahrelghazali.
El Australopithecus afarensis es la especie más famosa, gracias al especimen conocido como Lucy ((Etiopía, 3’5 millones de años, poco más de 1 m. de alto). Algunos consideran que esta especie evolucionó directamente hasta el Homo sapiens.
Aunque fueran capaces de locomoción bípeda, los Australopithecus pasarían mucho tiempo en los árboles, donde encontraban comida y cobijo.
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El género Homo es un género heterogéneo de homínidos, de entre 2’5 y 1’8 millones de años.
Características comunes: dientes relativamente pequeños y cráneos grandes. El valor del volumen craneal es discutible: podría deberse sencillamente a un mayor tamaño.
Gran variación entre las especies: algunas tienen aspecto más simiesco, y otras más humano.
Homo rudolfensis | Homo habilis |
2’4 – 1’9 millones de años cráneo de 775 cm3 |
1’9 – 1’6 millones de años cráneo de 674 cm3 |
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Probablemente vivían en un medio relativamente abierto, no en los bosques, como los simios actuales.
Por eso formarían grupos relativamente numerosos. Hoy se da en los simios una relación entre el medio y el tamaño de los grupos.
Comían carne, pero… ¿eran cazadores o carroñeros? Probablemente eran oportunistas: cogían pedazos abandonados por otros predadores y sólo ocasionalmente mataban animales enfermos o heridos.
¿Eran nómadas o tenían algún tipo de residencia fija? Probablemente se moverían por un territorio muy extenso.
Algunos de estos simios bípedos fabricaban artefactos de piedra.
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Los homínidos serían criaturas emocionales: sentían, expresaban e interpretaban emociones. Seguro que las emociones primarias; posiblemente, también las complejas.
En la interacción social y la expresión emocional se utilizarían gestos, expresiones faciales y vocalizaciones.
Los individuos con capacidades sociales tendrían ventaja sobre los demás: la inteligencia emocional serían importante para la supervivencia. Ser capaz de expresar (e interpretar) las emociones sería un factor de éxito social.
La teoría de la mente se relaciona con todo esto.
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El nuevo gusto por la carne supone una diferencia fundamental entre los homínidos (especialmente Homo) y los simios actuales: la reducción del tamaño de la mandíbula y de los dientes.
El repertorio de los posibles gestos articulatorios se ampliaría.
Suponemos que las voces serían holísticas, pero podían estar compuestas por “sílabas” originadas por diferentes gestos orales.
Hipótesis de Studdert-Kennedy: estos gestos articulatorios son –o al menos lo fueron al principio– las unidades básicas del habla, no tanto los sonidos que generan.
Un dato probado (por un estribo fósil): los homínidos eran más sensibles que nosotros a los sonidos de alta frecuencia.
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La capacidad craneal (mayor en Homo que en Australopithecus) no dice nada sobre la organización cerebral.
Las neuronas espejo (o especulares):
La presencia de neuronas espejo en el área de Broca ayudaría a explicar su importancia en el habla y, especialmente, en la adquisición de los gestos orales (Cf. Studdert-Kennedy).
La imitación vocal de los niños sería reflejo de la imitación gestual de los bebés.
Hay indicios de F5 más desarrollado en fósiles de Homo:
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Los cambios anatómicos y cerebrales explican cómo (el mecanismo) pudo ampliarse el repertorio vocal. Falta explicar el por qué (la función).
Dos razones principales: la búsqueda de la comida y la vida social.
Los Homo eran presas habituales de otros predadores.
Los desplazamientos para conseguir comida tenían que ser silenciosos.
Consecuencias:
Parece probable que la vida en la sabana, con la caza y la búsqueda de carne, hubiera presionado a los homínidos a amplir el retorio de voces y gestos holísticos y manipuladores, tanto mediante el aprendizaje como mediante la evolución biológica.
No hay por qué pensar que las vocalizaciones fueran como las nuestras, ni que desarrollaran reglas gramaticales para combinarlas.
Los grupos numerosos serían jerarquicamente complejos (sexo, edad, relaciones de dominio, etc.).
Es probable que las presiones sociales ejercieran una presión evolutiva para ampliar y diversificar los gestos y las vocalizaciones.
Uno de los comportamientos sociales habituales sería el acicalamiento. En los simios actuales es una forma de socialización (expresa un compromiso de proximidad), crea lazos sociales y cohesión grupal.
Hipótesis de Aiello & Dunbar (1993) sobre el origen del lenguaje.
Si los grupos de Homos eran cada vez más numerosos, el acicalamiento “manual” ya no era viable como medio de expresión del compromiso social.
Así, el “lenguaje” (las vocalizaciones) se desarrolla como una forma de acicalamiento social, que puede compartirse a la vez con muchos individuos.
Otra ventaja: puede simultanearse con otras tareas manuales.
Plantea una transición progresiva desde los lazos sociales basados en el contacto físico hacia los lazos sociales basados en la vocalización.
En esta hipótesis, el lenguaje evolucionó como medio de chismorreo (expresar las relaciones sociales y hablar sobre ellas). Para Aiello&Dunbar, el chismorreo sigue siendo la función princial del lenguaje.
Valoración –y posible reformulación– de la hipótesis:
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La cuestión clave es: el aumento de las vocalizaciones y los gestos que presumiblemente existió en este periodo, ¿fue cuantitativo o cualitativo?
Lo más probable es que no se produjera un cambio cualitativo, y que estas voces (hasta 1’8 millones de años) siguieran siendo muy “simiescas”, es decir, holísticas y manipuladoras (más que compositivas y referenciales).
Steven Mithen (2005) denomina Lenguaje Hmmmm a este sistema de comunicación de los primeros homínidos:
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Alexander Iribar >> Música >> Lenguaje y Música |
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