Algunos factores de variación vocálica
Alexander Iribar – Itziar Túrrez
Publicado en Letras de Deusto (2001), vol. 31, nº. 92, págs. 229-241


1. Introducción

El presente artículo* trata de estudiar algunos de los parámetros de variación presentes en la articulación vocálica de nuestra comunidad lingüística. Para ello, y a modo de cala de un trabajo de mayor envergadura, se han recogido las realizaciones de dos hablantes bilingües, manifestándose en sus dos lenguas (euskara y español) en tres modalidades o estilos de actuación de distinto grado de formalidad,1 conseguidas mediante lectura de palabras sueltas, lectura de textos y conversación libre. De esta manera, se analiza la variación vocálica, tanto intralingüística (la asociada a los mencionados estilos de habla) como interlingüística (la referida al uso de dos lenguas, L1 y L2).


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2. Metodología

Para obtener la muestra de habla del estilo más formal se elaboró un cuestionario de palabras por cada lengua en el que cada fonema vocálico aparecía doce veces, en distintas posiciones y con distintos acentos, siempre en contextos bilabiales.2 Para la lectura, se escogieron dos textos periodísticos, uno para cada lengua, en los que cada elemento aparecía doce veces en distintos contextos bilabiales. Por último, los dos informantes mantuvieron entre sí dos conversaciones informales -una en cada lengua-, de las que se extractaron nuevamente doce apariciones en contexto bilabial de cada fonema vocálico. En resumen, cada elemento vocálico aparece doce veces en cada uno de los tres estilos señalados y en cada una de las lenguas. Por tanto, se han analizado un total de 720 vocales (5 vocales x 12 apariciones x 3 estilos x 2 lenguas x 2 informantes).

Los dos informantes seleccionados, ambos varones de aproximadamente 40 años y nivel cultural alto, poseen una competencia alta y similar en las dos lenguas. El euskara es la lengua materna (L1) del primer informante (I1), mientras que el español es la L1 de I2.

En el análisis del corpus, realizado por medio del programa Multi-Speech de la Kay Elemetrics Corp., se han obtenido los valores formánticos (F1 y F2) de cada una de las unidades vocálicas. A partir de estos datos, se ha calculado lo siguiente:

  1. Los triángulos vocálicos de cada informante y cada estilo.
  2. La distancia entre los segmentos de los triángulos, obtenida mediante la fórmula siguiente:
  3. El área ocupada por los triángulos vocálicos, obtenida por triangulación (los limitados entre [i-e-u], [e-u-o] y [e-a-o]). La fórmula correspondiente es la siguiente:

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3. Resultados obtenidos

3.1. Las frecuencias

La siguiente tabla muestra los resultados medios de los dos primeros formantes de las cinco vocales, en los tres estilos de habla, las dos lenguas y los dos informantes:

3.2. Los triángulos vocálicos

Con los datos de la tabla anterior se construyen los triángulos vocálicos siguientes, distinguiendo los tres estilos, las dos lenguas y los dos informantes:

Euskara, I1, Palabras
Español, I1, Palabras
Euskara, I1, Texto
Español, I1, Texto
Euskara, I1, Conversación
Español, I1, Conversación
Euskara, I2, Palabras
Español, I2, Palabras
Euskara, I2, Texto
Español, I2, Texto
Euskara, I2, Conversación
Español, I2, Conversación

3.3. Las distancias y las áreas vocálicas

La siguiente tabla muestra las distancias entre las vocales que componen los triángulos vocálicos precedentes, así como sus áreas respectivas. Los datos, como en los casos anteriores, están ordenados por estilos, informantes y lenguas:


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4. Análisis

Según URRUTIA-ETXEBARRIA-TÚRREZ-IRIBAR (1995), el triángulo vocálico del euskara es más reducido que el del español (QUILIS, 1981). Sin embargo, esto no es así en nuestro caso, puesto que en tres ocasiones (es decir, la mitad de las comparaciones posibles) resulta mayor el triángulo vasco:

  1. El área del triángulo vocálico de I1 en la lectura de texto (156.286 frente a 136.325).
  2. El área del triángulo vocálico de I2 en la lectura de palabras (268.562 frente a 202.525).
  3. El área del triángulo vocálico de I2 en la lectura de texto (173.163 frente a 169.258).

Este aparente contraste entre los resultados podría explicarse si se tiene en cuenta que los dos informantes pertenecen a una variedad muy concreta del español (la del País Vasco), mientras que los datos de QUILIS (1981) se obtuvieron con una muestra de todo el ámbito hispánico, en la que, además, no había ningún representante de la comunidad lingüística vasca.3

Parece observarse, además, una tendencia que podría explicar cuándo es mayor el área de una u otra lengua: los dos informantes tienden a realizar un triángulo vocálico más extenso en L2 (es decir, español para I1 y euskara para I2). No obstante, esta tendencia debe considerarse con mucha precaución, no sólo por el evidentemente escaso número de datos manejados, sino también porque se producen dos excepciones:4

  1. El área del triángulo vocálico de I1 en la lectura de texto (156.286 en L1 frente a 136.325 en L2).
  2. El área del triángulo vocálico de I2 en la conversación libre (138.012 en L1 frente a 121.514 en L2).

A partir de ahora, los análisis tendrán en cuenta los tres niveles de formalidad, por lo que se efectuarán con valores relativos, tomando siempre como referencia base el valor obtenido en el análisis de las palabras; de esta manera, en las próximas tablas, la columna Palabras tendrá siempre un valor 100, mientras que las dos restantes -Texto y Conversación- señalarán el porcentaje de reducción (o ampliación, en su caso) con respecto al valor anterior.

4.1. Las áreas vocálicas

La siguiente tabla contiene los valores calculados para las áreas de los triángulos vocálicos de cada uno de los tres estilos estudiados, en los dos informantes y en ambas lenguas, de modo que presenta tanto la variación intralingüística como la interlingüística:

Puede observarse claramente una tendecia general a la reducción del área del triángulo vocálico a medida que disminuye el grado de formalidad de los informantes. Dicha tendencia se manifiesta de manera gradual en tres de los cuatro apartados, de modo que permite distinguir tres niveles de formalidad, que podríamos denominar formal (palabras) /semiformal (texto) / informal (conversación). Sin embargo, el cuarto apartado (I1 en castellano) permite distinguir únicamente dos estilos, que podríamos denominar formal (palabras)/no formal (texto y conversación).

De modo general, se advierte un porcentaje de reducción ligeramente mayor en el vocalismo del euskara. Además, el comportamiento de los dos informantes no es homogéneo:

4.2. Los ejes vocálicos de abertura y localización

La reducción de las distancias de los ejes de abertura y localización5 de los triángulos anteriores aparecen en la siguiente tabla:

La señalada tendencia a la reducción se manifiesta también, lógicamente, en las distancias entre los ejes del triángulo. Más concretamente, se observa lo siguiente:

4.3. Las distancias vocálicas

Si calculamos el porcentaje de reducción de la distancia de cada uno de los lados que unen dos vocales en el triángulo, obtenemos los siguientes valores:

Del cuadro anterior puede destacarse lo siguiente:


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5. Conclusiones

  1. El sistema vocálico de los dos informantes en las dos lenguas es básicamente el mismo. No hay, pues, grandes diferencias entre el vocalismo vasco y el español de los informantes bilingües.
  2. La variable estilo (entendida como grado de formalidad) influye en el área vocálica, puesto que, en ambos informantes y en ambas lenguas, se advierte una clara tendencia a la reducción del triángulo vocálico a medida que disminuye el grado de formalidad.
  3. Esta tendencia reductora permite distinguir, en la mayoría de los casos, los tres niveles de formalidad previstos en el experimento (el formal de la lectura de palabras, el semiformal de la lectura de textos y el informal de la conversación libre), aunque en ciertas ocasiones agrupe los dos últimos, de modo que funciona sólo una oposición formal (palabras)/no formal (textos y conversación).
  4. Esta tendencia reductora, ligada a la variable estilo, presenta particularidades asociadas a las variables lengua de uso y lengua materna:
    1. La reducción es mayor en euskara.
    2. La reducción es mayor en L2.
  5. La reducción del área vocálica no es regular en todo el triángulo, sino que se produce de manera ligeramente distinta según los ejes y las distancias que los conforman, de la siguiente manera:
    1. La reducción tiende a ser mayor en las distancias intervocálicas más largas.
    2. La reducción se produce regularmente en el eje de localización, pero no en el de abertura, cuyo comportamiento es más imprevisible.
    3. La reducción es regular en las distancias intervocálicas de la rama anterior del triángulo, pero no en las de la posterior, donde se producen abundantes excepciones a la regla general. Además, la reducción tiende a ser mayor en la rama anterior.
  6. Las desigualdades reseñadas en el punto anterior parecen estár, además, asociadas a la variable lengua de uso, puesto que en español se reducen de manera similar los dos ejes del triángulo, mientras que en euskara se reduce más el eje de abertura que el de localización.
  7. Todas las conclusiones anteriores deben tomarse como provisionales hasta que no se validen con una muestra suficiente.

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Notas

* Algunos aspectos de este trabajo fueron presentados en el II Congreso de Fonética Experimental, celebrado en Sevilla del cinco al siete de marzo de 2001.
1 En relación a los distintos grados de formalidad, véase LABOV (1972).
2 Las palabras que componen el cuestionario son las siguientes: Hobi, bide, samina, biguna, ubide, biziki, bilduma, ipini, biga, ozpina, bira, pilota; gabe, epe, epela, bete, betula, hemen, emea, ale, begi, hobeto, bekoki, habe; ama, amama, baba, apala, alaba, bake, makala, bagadi, habia, bakun, malato, malko; gabon, potolo, bolada, amona, bapo, lepo, boga, apopilu, kanpo, bokale, polita, mokoka; mamuka, mukatu, muturra, bulego, bukatu, damutu, ubel, ume, umela, kipula, kopuru, gormutu. Vivo, vivir, civil, hábil, aviso, avisar, mimo, mimar, tamiz, símil, emito, emitir; vela, beber, haber, ave, embebo, embeber, memo, memez, jamé, dimes, remedo, remedar; bala, balón, aval, Tebas, resbalo, resbalar, mata, matar, jamás, camas, timado, amasar; bola, volar, sabor, cabo, rebote, rebotar, moda, modal, amor, amo, remoto, remozar; bula, buzón, bambú, álbum, abuso, abusar, mula, mudar, talmuz, humus, embudo, embutir.
3 Precisamente, el estudio sobre el vocalismo castellano de la comunidad lingüística vasca realizado en TÚRREZ (1988) ya observaba una tendencia a la reducción del triángulo con respecto al mencionado del español.
4 Obsérvese que las dos excepciones nunca se producen en el estilo más formal (la lectura de palabras).
5 Es decir, las distancias entre el F1 de la vocal más abierta y el de la más cerrada, y entre el F2 de la más anterior y el de la mas posterior.
6 La coincidencia de los valores de Texto y Conversación de I2 en castellano no es obstáculo para afirmar la existencia de los tres niveles.
7 Esta tabla también podría haberse realizado teniendo en cuenta todos los valores de reducción. No obstante, se ha comprobado que, en ambos casos, los resultados no muestran una diferencia significativa. Otro tanto cabe decir de las tablas posteriores, por lo que siempre atenderán a las reducciones máximas.
8 El coeficiente de correlación entre la distancia intervocálica en la lectura de palabras y el porcentaje de reducción en la conversación libre es de 0'59.
9 En muchos casos no se produce reducción sino ampliación, de modo que el valor medio de la reducción del área en la conversación libre es del 113%.
10 Esta excepción tal vez puede explicarse por la pequeña distancia existente de antemano entre las dos vocales. Precisamente, MITXELENA (1977) documenta numerosos casos de cierre [o > u], ya desde antiguo.
11 Es precisamente en esta distancia en la que se produce la excepción de I2, únicamente en castellano.
12 El distinto funcionamiento de las vocales anteriores y posteriores ya fue observado desde el punto de vista tipológico (CROTHERS, 1978).
13 Puesto que las distancias de los segmentos de la rama cerrada son menores que los de la abierta, no parece cumplirse en este caso la tendencia general a reducir más en las distancias mayores.

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