Cultura Vasca
Tema 5.16: El Txistu
El franquismo


La guerra civil supuso un corte brutal en el renacimiento cultural vasco. El txistu, obviamente, no puede quedar al margen. Poco a poco, sin embargo, el txistu consiguió volver a ocupar un lugar público.




La guerra y la postguerra supusieron una ruptura abrupta para el txistu.

Sin embargo...

Algunos ejemplos:

Una vez más, los txistularis supieron jugar sus bazas.

El ideario de la refundada Euskal Herriko Txistulari Elkartea

La editorial del primer número de la nueva época de la revista Txistulari (1952) pretende aclarar el ideario de la refundada Asociación:

Era una necesidad que se dejaba sentir la constitución de la nueva Asociación de Txistularis. La escasez de repertorio entre los jóvenes, la falta de contacto entre los txistularis, y la anarquía en la organización de Alardes y conciertos, ponían en grave peligro la existencia del txistu.

[…] No es nuestra intención el inmiscuirnos en organizaciones sociales, tales como Montepío, ayudas, etc., por ser campo éste vedado para nosotros, por estar constituida oficialmente en todas las profesiones y actividades.

[…] Agradecemos a las autoridades, nacionales y provinciales, las facilidades ofrecidas, comprendiendo claramente nuestro fin, el evitar la desaparición de un instrumento de cultura y arte regional.
(Txistulari, 1, 1955, p. 1)
  • Carácter apolítico: potenciado
  • Carácter honesto: desaparecido
  • Carácter vasco: muy diluido (¿concesión al Régimen?)

En el segundo número del boletín, el artículo “Divagando” refleja el auténtico sentir de la comunidad txistulari:

[Se describe una apacible tarde campestre, en la que «de pronto, de algún lugar oculto, surge lejana una melodía» de txistu. Mientras suena el instrumento, el viento trae nubes negras, con estruendo de caballos, armas y gritos de guerra]

[…] el txistu terminó su tocata. La raza calla, pero no olvida. Entre el arado, la red y la máquina sueña… No sabemos si pasadas aventuras o futuros afanes.

De nuevo canta el txistu. Ahora es una melodía airosa y fragante. ¿Por qué lo que para otros es una música vulgar y plebeya, para nosotros es la brisa que refresca nuestro corazón sudoroso y cansado? Quizá porque baña nuestra alma la resaca de otra edad, y porque el txistu nos trae, trasfigurado, el mismo lenguaje, que tan claramente comprendemos, de este cielo, este mar, estas montañas...

Y suena vibrante el tamboril que acompaña al txistu. […] Y un ardor pujante nos domina y nos impulsa a seguir el rumbo de la fantasía, delante de la noche que avanza, saltando de cumbre en cumbre, quién sabe hacia qué rincón oculto del pasado.
(Txistulari, 2, p. 3)
  • El txistu como elemento dinamizador de la resistencia
  • El txistu como elemento esencial de la identidad vasca

En los años sesenta, aumenta el sentimiento identitario en oposición al régimen.

En los setenta, se produce en Donostia una nueva revolución en el txistu (con Hernández Arsuaga y Jose Inazio Ansorena), que lo equipara definitivamente con los instrumentos eruditos.



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Alexander Iribar >> Cultura Vasca >> El Txistu
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