Cultura Vasca |
Tema 5.15: El Txistu La República |
Desaparecidas las trabas de la dictadura, con el PNV en plena forma y con una activa Asociación de Txistularis (ahora con tx), se produce una expansión sin precedentes de las bandas de txistularis (y de los grupos de danzas).
La Asociación de Txistularis
La situación en Navarra:
1933: la revista Txistulari divulga el descubrimiento del profesor Passemard en la cueva de Isturitz (Baja Navarra): un hueso de ave con 3 orificios, el instrumento músico más antiguo de la humanidad => la basca tibia de Oihenart ha encontrado respaldo científico |
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El PNV convierte definitivamente la Dantzari-dantza en danza nacional y procura expandirla a Navarra e Iparralde
Los proyectos de los ideólogos necesitan la colaboración de los agentes sociales
El nacionalismo se sirvió de los txistularis, pero éstos se aprovecharon de ese interés (jugando la baza de la moralidad, especialmente). |
Hay otra realidad de la que sabemos muy poco: la de los txistularis rurales, ajenos a la municipalización, la Asociación, los grandes actos...
Con el golpe de estado del 18-07-1936, la Asociación (cuya dirección residía entonces en Pamplona) desaparece y el txistu es proscrito.
En ciertas regiones de las provincias vascongadas y en nuestra querida Navarra se usan el txistu y los correspondientes instrumentos para el baile. En las vascongadas muy bien que sigan con sus patriarcales costumbres;
en Estella eso es planta exótica desconocida e importada por los que todos sabemos. Se acabó el ‘gora Euzkadi’, estamos en tiempos de VIVA ESPAÑA, por consiguiente, quien los posea entregará todos esos instrumentos en el
plazo de 48 horas. (Bando del gobernador militar de Estella, 1936) |
En la guerra civil, gudaris y requetés marcharon al son del txistu. La guerra también fue entre txistularis.
En el frente, coincidieron dos txistularis amigos, uno en cada bando: Ángel Alduncin y Alejandro Lizaso (considerado el mejor instrumentista del momento). A las noches, a veces uno tocaba una pieza y le contestaba el otro.
Un noche, Alduncin le gritó: Alejandro, yozak atzoko ure berrize, ez nien ongi ikasite! Alejandro empezó a tocar y, desde el otro lado, un requeté le mató de un disparo.
Alduncin no se lo perdonó nunca. Tras la guerra, dejó la política y se dedicó al txistu con toda su alma. [Anécdota que ha solido contarse entre los txistularis] |
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Alexander Iribar >> Cultura Vasca >> El Txistu |
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