|
Miércoles 24 junio 1998 - Nº 782
![]()
|
SOCIEDAD |
||||||||
|
Portada |
Intern |
España |
Opinión |
Sociedad |
Cultura |
Gente |
Deportes |
Economía |
|
|
M.S
, Madrid
"El satélite COBE detectó las arrugas en la radiación de fondo a principios de los noventa y eso fue un gran éxito porque era lo que la teoría había predicho. Ahora la misión Planck no se conforma con detectar estas inhomogeneidades, pretende extraer de ellas el máximo de información", explica Joseph Silk, de la Universidad de California en Berkeley, que forma parte del grupo de expertos reunidos esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, en un congreso sobre la radiación de fondo de microondas y la misión Planck.
"Con Plank se espera clarificar de qué tipo es la materia oscura del universo, o también si el universo seguirá expandiéndose eternamente, entre otras cuestiones", señala Martínez, organizador del congreso junto con José Luis Sanz, de la Universidad de Cantabria. "Sí, las ligerísimas variaciones en la distribución de la radiación de fondo encierran toda esa información", insiste.
El telescopio Planck llevará dos instrumentos, dos radiómetros muy sensibles trabajando a longitudes de onda distintas. En uno de ellos, el LFI (Low Frecuency Instrument), participan el Instituto de Física de Cantabria y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). La aportación cántabra, de la que Martínez es responsable, consiste en un componente de los detectores; en Canarias se construirá la electrónica del radiómetro, bajo la dirección de Rafael Rebolo.
|
|||||||||
|
|
![]()
© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid |