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Sábado 16 de junio de 2001 




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
 

Un ensayista que trasciende épocas

 


Texto: Javier Martínez de Pisón

+ Por qué ser orwellianos +

"QUIEN QUIERA entender el siglo XX tiene que leer a Orwell", escribe Timothy Garton. La afirmación no es gratuita y la reciente publicación en inglés de todos los ensayos, artículos periodísticos y correspondencia de George Orwell ofrece una oportunidad única de apreciar en toda su dimensión al hombre que hizo de la escritura política un arte. Se trata de cuatro volúmenes publicados ahora, An Age Like This (1920-1940), My Country Right or Left (1940-1943), As I Please (1943-1945) e In Front of Your Nose (1945-1950), editados por Ian Angus y Sheila Davison, demuestran claramente que la influencia de Orwell no se reduce simplemente a sus obras famosas, sino que trasciende estilos y épocas. Además de esta obra, Peter Davison publicó hace unos años la monumental The Complete Works of George Orwell, 20 volúmenes que recogen todas sus novelas y todos sus escritos.

La información ahora publicada permite apreciar minuciosamente la formación de su estilo y sus ideas políticas, al igual que sus grandes ensayos. El primer volumen contiene su ensayo Shooting an Elephant, ocho páginas que son como una descarga eléctrica de alto voltaje. Escrito cuando Orwell era miembro de la policía imperial en Burma, la narración describe las diferencias de opinión entre las clases inglesas de la colonia sobre si se debía sacrificar a un elefante que había matado a un campesino, lo cual le sirve a Orwell para revelar las sinuosidades del carácter de los colonizadores, ilustrar la corrupta naturaleza del imperialismo inglés, e incluso acusar al propio lector de la muerte del animal. "El dueño estaba furioso, pero era un indio por lo que no podía hacer nada... Entre los europeos la opinión estaba dividida. Los hombres mayores decían que estaba bien, los jóvenes proclamaban que era una pena sacrificar a un elefante simplemente por haber matado a un coolie, porque un elefante valía mucho más que cualquier maldito coolie", escribió Orwell.

En el segundo volumen se encuentra su famoso ensayo sobre Inglaterra El león y el unicornio al igual que discusiones sobre el Mein Kampf de Hitler, sobre Tolstói y Shakespeare y su elogio de Rudyard Kipling, un escritor que uno no pensaría que le interesara por su postura política procolonial en la India. Entre los ensayos aparecen cartas de Orwell de la época, además de su diario sobre la II Guerra Mundial, en el que relata desde la intensidad de la contienda a los diferentes tipos de bombas que los alemanes arrojaban en la calles de Londres. El arte de Donald McGill es por su parte una exploración de la cultura popular basada en las ligeramente obscenas tarjetas que coleccionaba la clase trabajadora, mediante la que Orwell examina las relaciones entre los sexos en 1941.

El tercer volumen contiene todas las entregas de su columna, titulada As I Please y publicada en la revista Tribune entre 1943-1945. Se trata probablemente de su mejor periodismo y abarca una amplia gama de temas en los que revela la esencia de su pensamiento político. Muchas de ellas están centradas en las condiciones de Inglaterra durante la guerra, desde los racionamientos a los apagones y los bombardeos, pero, por encima de todo, ofrece una visión profundamente personal de cómo fue ese periodo.

La publicación de Rebelión en la granja y 1984 cimentó la reputación de Orwell entre 1945 y 1950, el periodo que recoge el cuarto volumen. Su periodismo en esta época abarca desde artículos como La política y el idioma inglés o una escalofriante pieza de reportaje social titulada Cómo mueren los pobres, crítica literaria y comentarios sobre la cultura popular. A pesar de estar aquejado de tuberculosis y de tener que cuidar de su mujer y un hijo adoptivo, Orwell tenía la fuerza de escribir cuatro artículos por semana. En una crítica literaria de este periodo, titulada Buenos, malos libros, escribió: "El hecho de que uno pueda divertirse, excitarse o incluso emocionarse con un libro que tu intelecto rehusa a tomar en serio explica por qué el arte no es lo mismo que una celebración". La obra de Orwell nunca cae en esta trampa: la transformación del periodismo político en una obra de arte como es Rebelión en la granja y las ominosas advertencias sobre la opresión totalitaria en 1984 son ejemplos vivos de la fuerza de un escritor que era capaz de luchar con un fusil por sus ideas y de estar, a la vez, vigilante ante "esas apestosas ortodoxias que luchan ahora por apropiarse de nuestras almas".

 

   
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