Viernes 7 enero 2000 - Nº 1344
|
SOCIEDAD |
||||||||
Portada |
Intern |
España |
Opinión |
Sociedad |
Cultura |
Gente |
Deportes |
Economía |
|
El Gobierno español acepta cada año sólo 30.000 inmigrantes Los empresarios quieren traer a temporeros
CARLOS E.CUÉ,
Madrid
La nueva Ley de Extranjería, aprobada pese al rechazo del PP, no elimina este sistema, aunque establece vías alternativas y relativamente accesibles para conseguir trabajar en España. Claro que es el Gobierno el que debe facilitar su aplicación, y el propio Partido Popular ya ha anunciado que la cambiará si gana las próximas elecciones.
Temporeros
Al margen de polémicas políticas, diversos colectivos de empresarios españoles, especialmente los que se dedican a la agricultura en zonas como Almería, han solicitado al Gobierno que facilite la entrada de inmigrantes para paliar la escasez de mano de obra poco cualificada con la que aseguran encontrarse. El pasado mes de octubre, el Ministerio de Trabajo, dirigido por Manuel Pimentel, anunció a bombo y platillo un convenio con Marruecos para dar entrada a ciudadanos de ese país que trabajarían como temporeros para luego volver a sus casas con un buen dinero ahorrado. Sin embargo, nada se ha vuelto a saber sobre la efectividad de este acuerdo.
Sólo hay una cosa clara: en provincias como Almería, un lugar conocido por todos los marroquíes que cruzan el estrecho y quieren trabajar en los invernaderos desperdigados por la costa, las solicitudes son casi el cuádruple de los menos de 3.000 permisos que se conceden, algo de lo que se quejan los inmigrantes pero sobre todo los empresarios.
El ministerio reconoce que esos trabajadores son necesarios, y se considera como una iniciativa de este departamento la inclusión en la nueva Ley de Extranjería de un artículo dedicado especialmente a ellos. Es el número 41, que establece no sólo que se facilitará la entrada y salida, sino que además la Administración deberá velar para que los trabajadores sean alojados en viviendas "con condiciones de dignidad adecuadas".
Después de la fuerte polémica creada tras la aprobación in extremis de la ley y sin el apoyo del partido del Gobierno, también está en duda la aplicación de este apartado, aunque la propia Administración reconoce que es la única manera de garantizar que cosechas enteras no queden sin recoger por falta de mano de obra.
A.I,
Madrid
En 1998 nacieron en España tan sólo 361.930 niños, casi la mitad de los que lo hicieron en 1970. Entre las paradas -casi millón y medio de mujeres-, la tasa de fertilidad baja hasta 0,8 hijos por mujer. La decisión de no tener muchos hijos ha calado en la sociedad: la mitad de las españolas de entre 15 y 49 años, incluso entre aquellas que no han parido nunca, están contentas con el número de hijos que tienen.
Estos datos son similares a los de otros países de similar desarrollo económico y hacen evidente que España está cada vez más lejos de alcanzar el reemplazo generacional, que se produce cuando nacen al menos tantos niños como personas fallecen. Para cumplir este objetivo, cada mujer debería duplicar su aportación -2,1 hijos-, una tasa que no se alcanza desde 1981.
La única esperanza de que el número de nacimientos repunte está en las más jóvenes. La Encuesta de fecundidad del INE constata que son las mujeres que hoy tienen entre 15 y 19 años las que desean más hijos (una media de 2,15) y las de entre 20 y 24 (2,11).
Esos deseos chocan con la realidad de un país que registra una de las tasas de paro más altas de la Unión Europea (15,45% de la población activa), especialmente sangrante en el caso de las mujeres (22,87%). |
|
Índice | Busca | 7 Días Portada | Internacional | España | Opinión | Sociedad | Cultura | Gente | Deportes | Economía El Tiempo | Debates | Cartas | Sugerencias | Pasatiempos | Ayuda | Juegos Publicidad | Nosotros
© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid |