¡Viva Catón!

Los nuevos mandamases de Vitoria quieren echar atrás el último proyecto de museo diseñado por Catón. Por lo visto ahora desean uno mayor y más bonito. Y en otra zona de la ciudad; en algún lugar más elegante, y mejor que las umbrías de la trasera norte. Dicen que hay dinero y que se puede convocar un concurso internacional y así atraer a arquitectos con glamour, y ponernos a la altura de nuestros ostentosos vecinos.

A falta de glamour e ideas, yo ofrezco cuatro: (a) Que excaven en el interior margoso de la vieja Gasteiz una cripta dedicada al arte contemporáneo (no hace falta que alcance las dimensiones de la de Chillida para Tindaya). (b) Que aprovechen los accesos a la cripta para enlazar peatonalmente las zonas norte y sur de Vitoria. (c) Que mediante ese túnel subterraneo, al estilo Mintxo-Foster, con pasarela mecánica y sin tráfico rodado, ¡Dios nos libre!, se enlace el ábside de San Pedro con la entrada al nuevo Mueso, y que a la altura de Montehermoso se habilite un ascensor, también al estilo Mintxo-Foster, que conecte con el Campillo. (d) Una alternativa al túnel peatonal es que el desnivel se salve por aire, mediante una red de telesillas, con diseño Milicua-Aginagalde, que comunique el nuevo Museo con el Campillo, a la altura del Depósito de Aguas, y éste con las cuatro torres de Santa María, San Vicente, San Miguel y San Pedro. Los vitorianos podríamos así desplazarnos por los cuatro puntos cardinales de la ciudad y disfrutar al tiempo de las fabulosas vistas.¿Quieren más ideas? (Por cierto, debo la propiedad intelectual del telesillas a mi amigo Carlos Pacheco.)

Fuera de bromas, a mí siempre me ha gustado el emplazamiento de la antigua estación de autobúses. Permite equilibrar la ciudad por el eje nuclear del Casco Viejo. Se dota a la desfavorecida zona norte de un gancho cultural; se amplía la circulación de visitantes hacia las zonas históricas y se crea un precioso circuito que va desde la zona sur, con palacio de Augusti y museo de Arte Sacro en la Catedral Nueva, hacia la parte medieval, con los palacios de Escoriaza-Esquivel y Montehermoso, Santa María y museo de Naipes en el palacio de Bendaña, para terminar en el nuevo Museo.

El proyecto de José Luis Catón no me maravilla, pero es digno, discreto y funcional, muy al estilo de lo que ha sido la obra pública en Vitoria desde épocas remotas. Es, dicen, su tercer o cuarto proyecto de museo. Brindo por él y por que sea el definitivo.

Joseba Abaitua, socio de AMBA (25/10/99).