PERFIL DIRECTIVO DE COMPETENCIAS PARA LA GESTIÓN DEL CAMBIO EN CENTROS EDUCATIVOS. EVALUACIÓN Y FORMACIÓN PARA UN MODELO DE DESARROLLO PROFESIONAL.

 

AUTORES:    Dr. Manuel POBLETE RUIZ, Profesor de Psicología

Dra. Ana GARCÍA OLALLA, Profesora de Pedagogía

Universidad de Deusto

 

 

INTRODUCCIÓN

 

Desde el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Deusto se ha trabajado desde los años setenta en la formación de profesionales de la dirección de los centros educativos, por haber considerado que la labor que estos profesionales desempeñan constituye un factor clave para el buen funcionamiento de los mismos. Durante los años más recientes, debido al protagonismo que tanto en la sociedad, como en el ámbito educativo en particular ha adquirido el trabajo en equipo, se ha intensificado el apoyo, desde esta institución, a los equipos directivos de centros educativos colaborando en su desarrollo profesional desde una metodología de Formación–Investigación–Acción.

 

Los autores de esta comunicación se han centrado en la elaboración de un perfil de competencias directivas que permita integrar en un modelo coherente de desarrollo profesional la Evaluación, la Formación y la Mejora.

 

En la presente comunicación se ofrecen resultados de las investigaciones que, a nivel empírico, se están desarrollando con el fin de contrastar la validez y pertinencia del modelo diseñado. Consideramos que el avance en este proyecto de trabajo puede constituir una ayuda importante ante el reto que muchos de nuestros centros se plantean actualmente, asumiendo modelos de gestión avanzada para dirigir un proceso de mejora continua en línea con el paradigma de los Centros Docentes como Organizaciones que Aprenden.

 

 

CONTEXTO DEL ESTUDIO

 

La evolución, avalada y propiciada por el marco legal, hacia un funcionamiento organizativo de los centros progresivamente más participativo, autónomo y colaborativo durante las dos últimas décadas, ha puesto de relieve la importancia y necesidad de desarrollar en la instituciones educativas una cultura basada en el trabajo en equipo, así como proyectos, estructuras y estrategias que lo posibiliten. Coherentemente, se ha desarrollado también una concepción cada vez más colegiada de la dirección y el liderazgo como condición para dinamizar ese modelo de centro.

 

En 1994 la necesidad de conocer y analizar cómo estaba siendo el ejercicio de estos equipos directivos nos llevó a iniciar un trabajo de investigación en colaboración con otro equipo de la Universidad Autónoma de Barcelona que tomaba, por primera vez en el contexto estatal, al equipo directivo como objeto de estudio. Los resultados obtenidos a partir de este estudio (Gairín y Villa, 1996, 1999) fueron de gran utilidad para arrojar luz sobre las necesidades y orientar el trabajo posterior de formación e intervención con equipos directivos.

 

Tanto este estudio (Gairín y Villa, 1996, 1999) como la revisión de los estudios empíricos sobre dirección realizados en el ámbito estatal  (García Olalla, 1998), puso de manifiesto la existencia de una identidad definida y un perfil de funciones para los equipos directivos. Los resultados respecto a las funciones desempeñadas ratificaron la dificultad para asumir perfiles tan complejos como los esperados para estos cargos, avalando la necesidad de un ejercicio colegiado de la dirección.

 

En los últimos años hemos trabajado en el desarrollo de un modelo que facilite una estructuración eficaz del equipo directivo para el ejercicio de un liderazgo compartido, inspirado, en gran medida, en el modelo de liderazgo transformacional aportado por Bass (1985, 1995, 2000) y en el modelo de Roles de Equipo desarrollado por Belbin (1981, 2000); se ha desarrollado una amplia labor de formación, que ha alcanzado a unos quinientos centros educativos y se ha tratado de dar continuidad a la misma, facilitando el asesoramiento.

 

Tomando como base este trabajo, se desarrolló un estudio empírico (Poblete y García Olalla, 2002), con una muestra de 50 equipos directivos, con la finalidad de analizar cómo estaba siendo ejercido entre los equipos directivos de los centros el liderazgo transformacional y qué tipo de estructura de roles estaban desarrollando en su trabajo como equipo. A la luz de los resultados obtenidos se pudo concluir la existencia de un perfil específico de Roles de Equipo propio de los equipos directivos del ámbito escolar (claramente diferenciado del perfil característico de otro tipo de organizaciones, por ejemplo las empresariales), que podemos sintetizar en las siguientes características:

 

ü      Una fuerte orientación a la Tarea, consistente en la predominante presencia de los roles de Implementador (centrados en el método y los sistemas) y Especialista (dominio de los temas específicamente propios de la enseñanza) con la alta valoración del resultado, de la Eficacia. También la marcada orientación a las Personas, y el rol protagonista de Cohesionador (atención de la parte más emocional de las persona), resulta consistente con la conducta predominante de Consideración Individual en el estilo de liderazgo ejercido y con la valoración del resultado Satisfacción.

 

ü      Una baja orientación de estos equipos hacia las Ideas y la escasa presencia de los roles de Cerebro (creatividad), Investigador de Recursos (apertura al entorno, a otras formas de hacer, a otras organizaciones a otros equipos) y Monitor-Evaluador (espíritu crítico-analítico). Esta orientación se confirma en un estilo con baja frecuencia de conductas propias de Estimulación Intelectual en el ejercicio del liderazgo.

 

Estos resultados describen el perfil de unos equipos eficientes, muy centrados en el desempeño del trabajo y sumamente considerados con la personas; sin embargo con dificultades para estimular la creatividad e iniciativa frente al cambio en los colaboradores. Es probable que tengan un desempeño suficiente en las tareas encomendadas, pero difícilmente movilizarán las motivaciones de desarrollo profesional necesarias para realizar un Esfuerzo extra entre el profesorado.

 

Tampoco aparece un ejercicio fuerte de Influencia que transmita y vincule las motivaciones personales con las institucionales y con el crecimiento y desarrollo de la organización. Estos resultados confirman las conclusiones sobre perfiles de los equipos directivos hallados en investigaciones realizadas sobre la asunción y desempeño de funciones (Garín y Villa, 1999; García Olalla, 1998).

 

Estos datos apuntan hacia la necesidad de un cambio tanto cultural como de competencias en los centros y en los equipos directivos que los impulsan. Parece claro que una institución que quiera avanzar y transformar su cultura y sus prácticas hacia una organización que aprende, deberá tomar conciencia de la importancia de valorar y desarrollar competencias y roles más orientados a las Ideas, capaces de estimular intelectualmente a sus miembros y de dirigir el centro hacia los cambios requeridos. Como señalara Bass (2000), habrá que incrementar el rol de un liderazgo creador, mantenedor de cultura y agente de cambio.

 

Ante estas experiencias y resultados, surge la pregunta sobre las posibilidades de avanzar en la dirección deseada, en otras palabras de movilizar a los integrantes de equipos directivos para hacer frente a los retos que tienen hoy los centros educativos, para dar respuesta a una sociedad en cambio y en cambio acelerado. Dirigentes del mantenimiento y de la continuidad no parecen ser los líderes que demanda hoy una sociedad que ha adoptado, por ejemplo, como paradigma el término de la calidad como un proceso de mejora continua para la supervivencia.

 

Hoy la necesidad de la supervivencia y la amenaza de no estar en el futuro la experimentan organizaciones que jamás dudaron de su seguridad, centros a los que jamás le faltaron listas de espera a la hora de realizar las matrículas, piensan en planes de marketing para asegurar su actividad. Estimamos que estas exigencias pasan por la necesidad de seguir trabajando en la profesionalización de los cargos directivos de los centros educativos con énfasis especial en aspectos que hasta el momento eran secundarios.

 

En este proceso de búsqueda, hemos considerado que un modelo de evaluación, formación y mejora integrado basado en el desarrollo de competencias puede abrir nuevas perspectivas y posibilidades para la mejora del ejercicio de la función directiva. Por ello, este proyecto trata de avanzar en una línea de trabajo e investigación que articule de forma progresiva dicho modelo.

 

 

EL MODELO DISEÑADO

 

El proyecto que se presenta se inicia con un análisis de la evolución producida en torno a la concepción del desarrollo profesional de los cargos directivos justificando, a partir de ella, la necesidad de avanzar en su profesionalización para dar respuesta a la creciente complejidad organizativa de los centros educativos. La profesionalización es entendida, en este marco, como un desarrollo continuo de las competencias requeridas para el adecuado desempeño de la función directiva en cada momento, no como un cuerpo específico vitaliciamente acreditado con independencia de los resultados en el desempeño del cargo y del desarrollo del centro.

 

Para la construcción del modelo de competencias directivas se ha realizado, en primer lugar, una revisión de la literatura en torno al desarrollo de las competencias profesionales (orígenes, conceptos, enfoques, modelos y tipologías desarrollados) que nos permita articular un marco conceptual sólido que fundamente el modelo. Así, en el marco elaborado se define el concepto de competencia y se opta por un determinado enfoque y modelo para la elaboración de una tipología propia.


El modelo toma como fuentes fundamentales de referencia: el modelo de competencias adoptado por la Universidad de Deusto para el desarrollo de su proyecto universitario y el perfil de funciones atribuido por la ley y por las necesidades de los centros educativos a la dirección de los mismos.

 

 

El modelo de competencias de la Universidad de Deusto

 

En el marco pedagógico de la U.D. las competencias se definen como “el conocimiento, la capacidad, habilidad o destreza adquirida, que da lugar a un buen nivel de desempeño y actuación“ (Poblete, 2000).

 

Para la elaboración de una tipología de competencias se ha realizado una revisión sistemática de las competencias recogidas por distintos autores y organizaciones, observando que existe un número básico de ellas, que aparecen en todos los modelos. En la actualidad se llaman competencias genéricas o transversales, ya que se demandan, con mayor o menor intensidad en el desempeño de la mayor parte de las actuaciones profesionales con orientación a las personas, a las ideas y a las tareas. En la síntesis realizada, como base del modelo UD, se distinguen tres tipos básicos de competencias:

 

-         Competencias instrumentales: aquellas que tienen una función instrumental, es decir, de medio o herramienta para obtener un determinado fin. Suponen una combinación de habilidades metodológicas y cognitivas que posibilitan la competencia profesional.

-         Competencias interpersonales: suponen habilidades individuales y sociales. Se refieren a la capacidad, habilidad o destreza en expresar los propios sentimientos y emociones del modo más adecuado, aceptando los sentimientos de los demás y posibilitando la colaboración en objetivos comunes.

-         Competencias sistémicas: suponen destrezas y habilidades relacionadas con la totalidad de un sistema. Requieren una combinación de imaginación, sensibilidad y habilidad que permite ver cómo se relacionan y conjugan las partes en un todo. Requieren haber adquirido previamente competencias instrumentales e interpersonales que constituyen la base de las competencias sistémicas.

 

Esta tipología, y las competencias incluidas, sirven como base para la selección de un conjunto de competencias genéricas priorizadas en cada perfil profesional, que se completarán por otras competencias específicas de cada función o actividad profesional.

 

 

 

Cuadro 1: Modelo de Competencias de la Universidad de Deusto (Villa, Poblete, 2000).

 

 

El Perfil Funcional de la Dirección

 

Un perfil profesional, habrá de contemplar competencias  relacionadas con las funciones que se espera desarrolle ese profesional en su ámbito específico de intervención. Para la selección y definición de dichas competencias el enfoque funcional nos aporta una orientación adecuada, por cuanto permite relacionar las competencias a desempeñar con las funciones que se habrá de desarrollar en los cargos de dirección en el centro. En consecuencia, entendemos que la fuente básica para su selección y definición habrá de ser el perfil de funciones definido para la dirección.

 

El perfil de la dirección se ha venido definiendo a partir de las aportaciones de los modelos derivados de la Teorías de la Organización. Así,  las funciones atribuidas recogen las distintas dimensiones en el funcionamiento de la organización a las que el directivo deberá prestar atención para su dinamización y mejora. Por tanto, adoptar esta perspectiva funcional para la definición y selección de las competencias directivas permite poner en relación: las competencias adquiridas por la dirección, las funciones desempeñadas y el nivel de desarrollo logrado en la organización.

 

En base a estas premisas, hemos elaborado una clasificación de funciones cuyas categorías responden a las distintas dimensiones del funcionamiento del centro educativo como organización (derivadas de los modelos organizativos deudores, a su vez, de los paradigmas epistemológicos); a saber:

 

1.      Técnicas (o técnico-ejecutivas): relativas a la planificación, la coordinación y dirección de estructuras, el control-evaluación, y la administración y gestión de recursos.

2.      De Relaciones Humanas: para facilitar la animación e interacción de personas y grupos mediante la información, la comunicación, la motivación, y la facilitación del clima.

3.      De Integración, culturales y políticas: entendiendo que la atención a ambas dimensiones es esencial para, más allá de la interacción, lograr la integración de la comunidad educativa. Las funciones culturales se relacionan con la representación y la promoción de la cultura; y las funciones políticas con la regulación de la participación y el poder, la dinamización de los procesos de trabajo en equipo y la intervención en conflictos.

4.      Críticas: esta categoría ha sido diferenciada de la funciones políticas por la especificidad de su intervención en el ámbito pedagógico (más allá de lo administrativo y organizativo) al ser entendidas como funciones de animación e innovación pedagógicas, incidiendo en la revisión y reflexión crítica, la formación del personal, y la promoción del cambio, la innovación y la mejora.

5.      Relaciones Externas: esta categoría ha sido diferenciada por ser transversal a todas las anteriores, ya que las funciones propias de cualquiera de ellas pueden tener que ser desarrolladas también en ámbitos externos, pero también y fundamentalmente porque los estudios previos sobre los funciones ejercidas por la dirección revelan la necesidad de dirigir una atención específica a este ámbito que, además de ser muy poco desempeñado, es poco valorado.

 

El Modelo de Competencias de la Dirección

 

A partir de la integración de ambas fuentes se han seleccionado inicialmente un conjunto de competencias genéricas, que darían respuesta al ejercicio de las funciones a desempeñar. Después de haber realizado y contrastado este análisis fueron seleccionadas catorce competencias, orientados, primero, por el juicio de tres especialistas que, de manera independiente, coincidieron en doce de ellas y posteriormente, tras un debate y consultas a profesionales que ocupaban puestos directivos se añadieron otras dos.

 

La siguiente tabla recoge la relación establecida entre funciones del perfil y competencias, en el nivel actual de selección y definición de dichas competencias.

 


 

CATEGORÍA

FUNCIÓN

COMPETENCIA

TÉCNICAS

PLANIFICACIÓN

ü       PLANIFICACIÓN

ü       PENSAMIENTO ANALÍTICO

ü       TOMA DE DECISIONES

COORDINACIÓN

ü       RELACIONES INTERPERSONALES

ü       TOMA DE DECISIONES

ü       TRABAJO EN EQUIPO

CONTROL-EVALUACIÓN

ü       PENSAMIENTO ANALÍTICO/SISTÉMICO

ü       PLANIFICACIÓN

GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE RECURSOS

ü       PLANIFICACIÓN

ü       TOMA DE DECISIONES

RELACIONES HUMANAS

INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN

ü       COMUNICACIÓN

ü       RELACIONES INTERPERSONALES

MOTIVACIÓN

ü       ORIENTACIÓN AL LOGRO

ü       RELACIONES INTERPERSONALES

INTEGRACIÓN

REPRESENTACIÓN

ü       COMUNICACIÓN

ü       RESISTENCIA AL ESTRÉS

INTEGRACIÓN

ü       RELACIONES INTERPERSONALES

ü       TRABAJO EN EQUIPO

ü       LIDERAZGO

REGULACIÓN DE PARTICIPACIÓN Y PODER

ü       RESISTENCIA AL ESTRÉS

ü       LIDERAZGO

ü       NEGOCIACIÓN

ü       TRABAJO EN EQUIPO

ü       COACHING

DINAMIZACIÓN DEL TRABAJO EN EQUIPO

ü       ORIENTACIÓN AL LOGRO

ü       TRABAJO EN EQUIPO

INTERVENCIÓN EN CONFLICTOS

ü       NEGOCIACIÓN

ü       RESISTENCIA AL ESTRÉS

CRÍTICAS

LIDERAZGO DE PROCESOS

ü       ESPÍRITU EMPRENDEDOR

ü       ORIENTACIÓN AL LOGRO

ü       LIDERAZGO

INNOVACIÓN Y MEJORA

ü       ESPÍRITU EMPRENDEDOR

ü       ORIENTACIÓN AL LOGRO

ü       INNOVACIÓN

REVISIÓN Y REFLEXIÓN CRÍTICA

ü       PENSAMIENTO ANALÍTICO/SISTÉMICO

ü       ORIENTACIÓN AL APRENDIZAJE

FORMACIÓN

ü       ORIENTACIÓN AL APRENDIZAJE

ü       COMPORTAMIENTO ÉTICO

RELACIONES EXTERNAS

RELACIONES EXTERNAS

ü       RELACIONES INTERPERSONALES

ü       COMUNICACIÓN

 

Cuadro 2: Relaciones entre funciones y competencias.

 

 

A continuación se realizó un trabajo de reflexión y análisis para discriminar los comportamientos que caracterizan a las catorce competencias seleccionadas. A partir de la información a que da lugar el detalle de los comportamientos se elaboró un Inventario denominado “Cuestionario sobre Comportamientos en el Trabajo”. Este Inventario evalúa las catorce competencias seleccionados, mediante la valoración de seis comportamientos para cada una de ellas: tres comportamientos positivos (por ejemplo, “Puedo relacionarme bien con cualquier tipo de persona”) y tres negativos (por ejemplo, “Suelo dejar las cosas para última hora”).

 

 

EL ESTUDIO EMPÍRICO

 

Los sujetos de la muestra evaluaron, en una escala de 1 a 4, el grado de acuerdo con cada uno de los comportamientos, reflejando en qué medida ellos muestran el tipo de conducta indicada. El coeficiente de fiabilidad interna hallado para este cuestionario en la presente aplicación ha sido elevado ( a = .8586).

 

El cuestionario ha sido aplicado durante el último trimestre del año 2002 y primer semestre de 2003 a una muestra de 200 sujetos, miembros de equipos directivos de centros educativos, que han participado en cursos de organizados por el ICE de la Universidad de Deusto. Realizaron los inventarios de forma voluntaria, ofreciéndoles como contrapartida la posibilidad de conocer sus resultados y el significado de los mismos.

 

Paralelamente, el mismo cuestionario se aplicó a una muestra de 50 miembros directivos de organizaciones empresariales, con el fin de observar el perfil de competencias de un colectivo con funciones análogas a las del colectivo explorado, en un ámbito distinto. Pretendíamos observar si se dan comportamientos diferenciales en dos realidades, que son organizaciones, que están sometidas a presiones, en parte, muy parecidas y analizar los resultados.

 

 

RESULTADOS

 

Los resultados obtenidos de la aplicación del cuestionario con la muestra de directivos de centros educativos están recogidos en la Tabla 1 (en términos de puntuaciones medias y desviaciones típicas).

 

 

 

COMPETENCIA

PUNTUACIÓN MEDIA

DESVIACIÓN TÍPICA

PLANIFICACIÓN

3,006

.38

PENSAMIENTO ANALÍTICO

3.07

.39

TOMA DE DECISIONES

2,53

.39

COMUNICACIÓN

2,89

.44

ORIENTACIÓN AL APRENDIZAJE

2,86

.38

RESISTENCIA AL ESTRÉS

2,86

.35

RELACIONES INTERPERSONALES

3,22

.43

TRABAJO EN EQUIPO

3,22

.41

NEGOCIACIÓN

3,12

.35

INNOVACIÓN

2,91

.46

ESPÍRITU EMPRENDEDOR

2,85

.35

LIDERAZGO

2,84

.43

COACHING

3,21

.36

ORIENTACIÓN AL LOGRO

2,96

.32

 

Tabla 1: Resultados del Inventario de Competencias de directivos-enseñanza.

 

 

Su representación gráfica puede verse a continuación.

 

 


 


Gráfico1: Perfil de competencias de directivos en centros educativos.

 

 

Llama la atención el bajo nivel alcanzado en la competencia Toma de Decisiones. Teniendo en cuenta que los sujetos tenían un intervalo de tres puntos (de 1 a 4), no alcanza una puntuación media, que sería 2,5. El cuestionario es de autopercepción y esto viene a ser reflejo de lo que los sujetos de este colectivo piensan de sí mismos.

 

Analizando las puntuaciones diferenciadas del perfil en función de las distintas competencias, observamos que:

 

ü      Las competencias más destacadas son, por este orden:

1º) Relaciones Interpersonales (IP)

2º) Trabajo en Equipo (IP)

3º) Coaching (ST)

4º) Negociación (IP)

 

ü      Las competencias que obtienen puntuaciones más bajas son, de menor a mayor desarrollo:

1º) Toma de Decisiones (IT)

2º) Liderazgo (ST)

3º) Espíritu Emprendedor (ST)

4º) Comunicación (IT)

 

ü      Se sitúan en un rango intermedio las siguientes competencias (ordenadas de menor a mayor desarrollo): Orientación al Aprendizaje (IT), Resistencia al Estrés (IP), Innovación (ST), Orientación al Logro (ST), Planificación (IT), y Pensamiento Analítico/Sistémico (IT).

 

Considerando las categorías del modelo de competencias adoptado, observamos que las más desarrolladas son las Interpersonales, mientras que las menos desarrolladas son competencias Sistémicas.

 

Especialmente llamativo resulta el nivel de desarrollo que registra en este colectivo la competencia de Orientación al Aprendizaje. Recordamos que los principales comportamientos que definen esta competencia son, entre otros: aprender nuevas formas de hacer las cosas, conocerse a sí mismo, autoanalizarse y autoevaluarse, aprender de los propios errores, buscar oportunidades para probarse a sí mismo.

 

 

Contraste

 

Como se ha indicado, en paralelo, se aplicó la prueba a otra muestra de integrantes de equipos directivos del ámbito empresarial.

 

Los resultados de la puntuación media obtenida en las catorce competencias entre la muestra de directivos de organizaciones empresariales se hallan recogidos en la Tabla 2 y representados en el Gráfico 2.

 

 

 

COMPETENCIA

PUNTUACIÓN MEDIA

DESVIACIÓN TÍPICA

PLANIFICACIÓN

3,15

.29

PENSAMIENTO ANALÍTICO

3,39

.38

TOMA DE DECISIONES

2,98

.57

COMUNICACIÓN

3,15

.6

ORIENTACIÓN AL APRENDIZAJE

3,14

.51

RESISTENCIA AL ESTRÉS

3,17

.44

RELACIONES EXTERNAS

3,65

.34

TRABAJO EN EQUIPO

3,67

.35

NEGOCIACIÓN

3,25

.26

INNOVACIÓN

3,16

.26

ESPÍRITU EMPRENDEDOR

3,35

,49

LIDERAZGO

3,25

.42

COACHING

3,47

.31

ORIENTACIÓN AL LOGRO

3,06

.36

 

Tabla 2: Resultados del Inventario de Competencias de directivos-empresa

 


 

Gráfico 2: Perfil de competencias del colectivo empresarial.

 

 

Se observa, en primer lugar, que las respuestas dadas por esta muestra de directivos  en todas las competencias son de nivel superior a lo registrado en la muestra de directivos de centros educativos. Es decir, se registra un perfil de competencias superior.

 

De hecho, esta muestra presenta comportamientos en todas las competencias con puntuaciones medias iguales o superiores a 3. Podría plantearse la duda de si esta llamativa diferencia de nivel en el conjunto del perfil responde a una realidad en el desarrollo de la competencia profesional o a una autopercepción de ésta, que en el ámbito educativo resulta negativa, mientras que el contexto empresarial existe una mayor autoestima. Es una duda razonable, que no debe privarnos de sacar otras posibles conclusiones.

 

Analizando en esta muestra el desarrollo diferenciado de las distintas competencias se observa que:

 

ü      Las competencias más desarrolladas son, por este orden: Trabajo en Equipo, Relaciones Interpersonales, Coaching, y Pensamiento Analítico/Sistémico.

ü      Las competencias que arrojan puntuaciones más bajas son, de menor a mayor: Toma de Decisiones, Orientación al logro, Orientación al aprendizaje, y Planificación y Comunicación (ambas al mismo nivel).

ü      Permanecen en un rango intermedio, las competencias de (ordenadas de menor a mayor puntuación): Resistencia al estrés, Liderazgo e Innovación (al mismo nivel), y Espíritu Emprendedor.


 

Comparando estos resultados con la muestra de directivos de los centros educativos aparecen ciertas similitudes de interés:

 

ü      En ambos casos se hallan tres competencias entre las más altamente valoradas: Trabajo en Equipo, Relaciones Interpersonales y Coaching.

ü      Resulta llamativo el hecho de que la Toma de Decisiones sea la competencia que obtiene puntuaciones más bajas en ambos colectivos; sin embargo, es de un 2,98 en el medio empresarial y de un 2,53 en el medio educativo.

ü      También en los dos colectivos la Orientación al Aprendizaje y la Comunicación se hallan entre las competencias que obtienen puntuaciones más bajas.

 

El Gráfico 3 permite observar la comparación entre los resultados de ambas muestras, tanto en el conjunto del perfil, como las diferencias en cada una de las competencias:

 

 


 

 


Gráfico 3: Perfil Comparativo de Competencias entre directivos del ámbito empresarial y educativo

 

 

Las significatividad de las diferencias en las competencias entre ambas muestras aparece recogida en la Tabla 3:

 

 

PUNTUACIONES MEDIAS DE LAS MUESTRAS DE COMPONENTES DE EQUIPOS DIRECTIVOS

COMPETENCIA

ENSEÑANZA

EMPRESA

SIGNIFICATIVIDAD

PLANIFICACIÓN

3,006

3,15

.072

PENSAMIENTO ANALÍTICO

3,07

3,39

.001

TOMA DE DECISIONES

2,53

2,98

.0001

COMUNICACIÓN

2,89

3,15

.023

RIENTACIÓN AL APRENDIZAJE

2,86

3,14

.034

RESISTENCIA AL ESTRÉS

2,86

3,17

.007

RELACIONES INTERPERSONALES

3,22

3,65

.001

TRABAJO EN EQUIPO

3,22

3,67

.001

NEGOCIACIÓN

3,12

3,25

.312

INNOVACIÓN

2,91

3,16

.044

ESPÍRITU EMPRENDEDOR

2,85

3,35

.0001

LIDERAZGO

2,84

3,25

.001

COACHING

3,21

3,47

.006

RIENTACIÓN AL LOGRO

2,96

3,06

.179

 

Tabla 3: Diferencias en el desarrollo de competencias entre la muestra del ámbito empresarial y educativo

 

 

La diferencia con un mayor nivel de significatividad (p<.0001) se registra en las competencias Toma de decisiones y Espíritu emprendedor. Son dos aspectos que en debates con integrantes de equipos directivos de centros educativos explican por la falta de oportunidad de tomar decisiones, ya que todo les viene dado por ley o por mandato institucional. El Espíritu emprendedor lo atribuyen a la Institución, en el caso de colegios concertados.

 

También son significativas las diferencias obtenidas en Liderazgo, Trabajo en equipo, Relaciones interpersonales y Pensamiento analítico.

 

 

CONCLUSIONES

 

Con la ampliación de la muestra de 100 sujetos, en base a la que realizamos un estudio previo presentado en el Congreso sobre Humanismo en el Siglo XXI (García Olalla, A y Poblete, M. 2003) a 200 sujetos, no han hecho más que confirmarse las conclusiones sacadas en aquel estudio.

 

Teniendo en cuenta la relación establecida entre las competencias y el tipo de funciones para cuyo desempeño capacitan, puede decirse que los directivos de centros educativos se manifiestan capacitados para el desempeño de funciones de Relaciones Humanas (fundamentalmente de Comunicación e Información) así como de funciones de Integración y Apoyo (coaching) en lo que respecta a la dinamización de la participación y el trabajo en equipo, pero ya no tanto en lo que respecta al ejercicio de la Representación y a la intervención en conflictos, por lo que implican de asunción del Liderazgo y Resistencia al estrés.


 

Los sujetos estudiados se manifiestan poco competentes para el desempeño de las funciones Técnico-ejecutivas, por lo que comportan de asunción de la responsabilidad en la toma de decisiones, así como de las funciones Críticas relacionadas con la animación e innovación pedagógicas, que suponen el ejercicio del Liderazgo en este ámbito, el espíritu emprendedor, la innovación y la orientación al aprendizaje y al logro.

 

Por otra parte, este perfil resulta, una vez más (Poblete y García Olalla, 2003) coherente con los resultados hallados en la investigación previa respecto al desempeño de funciones (Gairín y Villa, 1999; García Olalla, 1998) y a los perfiles de liderazgo y de roles de equipo (Poblete y García Olalla, 2002). Asimismo ratifica la autopercepción de los directivos en relación con el desarrollo de sus competencias (Teixidó, 1996; Sobrado y Ocampo, 1998).

 

El Espíritu emprendedor ha entrado en los centros educativos. Prueba de ello es la adopción en muchos de ellos de modelos avanzados de gestión, como el modelo EFQM. Los casos que conocemos se han debido a un impulso institucional. Sin embargo, hay que reconocer que en aquéllos en los que ha tenido éxito la adopción del modelo ha existido una figura o un equipo de personas, que han ejercido un auténtico liderazgo, siendo tractores del cambio.

 

La formación de directivos en centros educativos ha de dar prioridad al desarrollo de competencias tales como Toma de Decisiones, Espíritu emprendedor, Liderazgo, Innovación. Esta formación (en competencias) ha de ser eminentemente aplicada, mediante sesiones de simulación, resolución de problemas, realización de proyectos de dirección, estudio de casos, etc. Las metodologías deben primar lo que se hace con los conocimientos sobre los propios conocimientos. Una buena teoría será siempre la mejor práctica, según proclamaba Kurt Lewin. Sin embargo los será siempre que se aplique, es decir siempre que se traduzca en competencia.

 

En estudios anteriores hemos subrayado que los perfiles de los integrantes de equipos directivos no se diferencian sustancialmente de los perfiles que presentan los profesores. No aparece un perfil de gestión significativamente distinto del perfil docente. Si no existe en la realidad, hay que crearlo, hay que favorecerlo, hay que desarrollarlo, a partir de personas con potencial en las competencias que, como aparece en el presente estudio merecen una especial atención. La dirección de un centro educativo debe cubrirla la persona o personas que, profesionalmente tengan un perfil competencial de dirección.

 

 

 

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