Las Directrices de TEI para la codificación e intercambio de textos electrónicos se publicó en mayo de 1994, tras seis años de investigación y desarrollo. Las directrices, que están fundamentadas en la norma SGML, ofrecen propuestas estandarizadas de codificación para una extensa categoría de textos, así como soluciones utiles para una gama de aplicaciones, entre las que se pueden citar el procesamiento del lenguaje natural, la recuperación de información, el hipertexto, la publicación electrónica, además de diversas soluciones para el análisis literario o historiográfico, la lexicografía y un largo etcétera. Las directrices han sido diseñadas para su aplicación a textos, escritos o orales, en cualquier idioma, de cualquier época, pertenecientes a cualquier género o categoría textual, sin restricciones de forma ni de contenido. Las directrices dan cuenta tanto del texto lineal (continuous text, el texto mantiene un desarrollo lineal) como del texto no lineal (discontinuous text) como pueden ser los diccionarios o los corpus lingüísticos. De esta manera, las Directrices del TEI suponen la mejor solución de codificación disponible en la actualidad para el desarrollo de bibliotecas digitales, en las que una gama muy variada de textos han de ser guardados y manipulados de forma que respondan de la forma más óptima a las múltiples demandas de los usuarios, y en la que el acercamiento a los multimedios es esencial. TEI ofrece convenciones de codificación que permiten describir la estructura física y lógica de muchos tipos de texto, y además propone soluciones para un texto concreto o con problemas de representación tipográfica convencional. Las Directrices TEI abarcan además problemas corrientes de codificación textual, como las referencias intra- e intertextuales, la delimitación de segmentos de texto arbitrarios, el alineamiento de elementos paralelos, jerarquías que se superponen, etc. Además aportan convenciones para el enlace entre los textos y datos acústicos o visuales. Los logros más relevantes de TEI son: o la declaración de restriciones y recomendaciones para el uso de SGML que permita la generalidad y flexibilidad mayor de forma que sirva para el mayor número de aplicaciones, desarrollos o investigaciones; o el análisis e identificación de categorías y rasgos de codificación de datos textuales, en una amplia gama de niveles de detalle; o la especificación de un conjunto de definiciones de estructuras de textos más comunes, que sean prácticas, flexibles y ampliables; o la definición de un método para la documentación dentro-del-fichero (@in-file) de textos electrónicos compatibles con los hábitos de catalogación de bibliotecas, que pueden usarse para rastrear la evolución de los textos y de esa manera ayudar en la autentificación de su procedencia y de las modificaciones que han sufrido --lo cual es de gran valor en la creación de bibliotecas digitales; o la definición de propuestas de codificación para textos de características especiales, o de rasgos textuales particulares, como pueden ser: los conjuntos de caracteres, los corpus lingüísticos, diccionarios, datos terminológicos, textos orales, hipermedios, prosa literaria, verso, drama, materiales historiográficos y elementos de crítica textual. Las Directrices también ofrecen un marco de DTD ampliable y flexible para la codificacion de los textos que posee un conjunto común de rasgos nucleares, una selección de marcos o bases, y una gran variedad de añadidos opcionales para aplicaciones específicas o textos singulares. Además, las Directrices TEI permiten codificar múltiples visiones de un mismo texto, simultáneamente si es necesario, lo cual es de vital importancia en la construcción de bibliotecas digitales, en las que distintos usuarios pueden acercarse al mismo texto de muy distintas maneras (como objeto físico, por su estructura lógica, como un objeto retórico o argumentativo, como un objeto lingüístico, etc.)