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1998 - Nº 775

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Un nuevo censo detallado del universo registrará 200 millones de objetos celestes

La prospección digital Sloan precisará las distancias del millón de galaxias más brillantes

JAMES GLANZ, Nueva York

Un ingeniero examina el espejo principal del nuevo
telescopio Sloan en el observatorio de
Apache Point, en Nuevo México (EE UU) (A. P).
Sobre una cresta azotada por el viento, a más de 2.800 metros sobre el nivel del mar, en las estribaciones de las montañas de Sacramento (Nuevo México, EEUU), está el nuevo telescopio Sloan. No tiene un aspecto especialmente imponente. Su espejo principal, de 2,54 metros de diámetro, es de dimensiones modestas, pero con su nueva cámara, el pequeño Sloan es lo suficientemente potente como para acometer el mayor y más amplio censo del universo visible jamás emprendido. El pasado 8 de junio, el telescopio recibió su primera luz, es decir, se estrenó oficialmente.

El proyecto se denomina Prospección Digital del Cielo Sloan y se basa en una avanzada cámara digital construida por James Gunn, de la Universidad de Princeton, y sus colaboradores.

En los próximos seis años, los chips de la cámara aportarán un torrente de datos: imágenes en cinco colores de 50 millones de galaxias, 100.000 cuásares, millones de estrellas individuales de la Vía Láctea, y toda una colección de excéntricos objetos celestiales. "Vamos a recopilar una guía de campo para el firmamento", afirma Michael Turner, de la Universidad de Chicago y del Laboratorio Nacional Fermilab, que es portavoz del proyecto Sloan, de 80 millones de dólares, (1.200 millones de pesetas), en el que participan varias universidades de EE UU y un grupo de Japón.

La prospección abarcará una cuarta parte de los cielos del Norte y explorará algunas regiones del Sur. Astrónomos de diferentes campos afirman que al igual que los mapas que guían a los exploradores por continentes desconocidos, el censo digital será esencial para dar sentido al revoltijo de actividad que se está descubriendo en el cosmos. "Esta prospección es absolutamente única y será una mina de datos durante muchos años", comenta Mark Davis, de la Universidad de California en Berkeley.

Superordenadores

Pero el proyecto Sloan no se detendrá ahí. Los astrofísicos tienen pensado emplear los datos para construir un modelo tridimensional de un buen trozo del universo. Conforme la cámara proporciona imágenes a un ritmo de seis billones de bytes al año, los superordenadores de Fermilab tamizarán un millón de las galaxias más brillantes de la guía de campo y el telescopio Sloan analizará la luz procedente de ellas con un espectrógrafo. Esto permitirá medir las distancias de estas galaxias, lo cual llevará a la creación de un mapa tridimensional exquisitamente detallado de nuestro rincón del universo.

La filigrana de patrones que forman las galaxias -muros, vacíos y filamentos- será seguida a lo largo de 1.500 millones de años luz con una exactitud imposible hasta ahora.

Desde el estudio National Geographic Society/ Observatorio Palomar realizado en la década de los cincuenta con un telescopio de 1,20 metros de diámetro y placas fotográficas, no se había intentado hacer otro censo tan exhaustivo del cielo. Gunn y sus colegas se dieron cuenta de que con la tecnología digital, mucho más sensible, y un telescopio más grande podían adentrarse mucho más en el firmamento, con más precisión y más detalle.

Timothy Heckman, jefe ejecutivo del proyecto Sloan, dice que el resultado será un "universo digital en una caja", accesible a cualquiera que pueda manejar cantidades abundantes de datos. El telescopio Sloan en el Observatorio de Apache Point fue diseñado con este propósito. En una sola imagen, puede captar un trozo de cielo del tamaño de la Osa Mayor, un área mucho mayor de la que abarca un telescopio convencional. La cámara tiene casi 0,18 metros de dispositivos de carga acoplada (CCD) y puede generar 200.000 millones de bytes de datos en una noche.


The New Yok Times

Un buen mapa del cielo ayudará a comprender su estructura

J. G, Nueva York
En el enorme catálogo que hará el estudio Sloan, los objetos serán clasificados según su forma, color, ubicación, brillo, distancia aproximada y otras características. Estos objetos celestes pueden ser galaxias, fanales hiperactivos conocidos como cuásares, estrellas envejecidas, estrellas a punto de explotar, estrellas fallidas llamadas enanas marrones, o como dice el director científico del estudio, Bruce Margon, de la Universidad de Washington, "todos los animales enfermos del zoo estelar".

Para medir las distancias al millón de galaxias más brillantes de ese catálogo, el equipo utilizará un avanzado espectrógrafo. Al combinar las distancias de esas galaxias con su posición en el cielo, el equipo Sloan construirá el mapa tridimensional del cielo más grande y más exacto con diferencia sobre los anteriores. El tapiz de filamentos, vacíos y muros que surgirá fue divisado por primera vez en estudios más pequeños en los años setenta y ochenta. Pero al igual que un dibujo de puntos con parte de los números borrados, el escaso detalle de estos estudios ha frustrado los intentos de los astrónomos de interpretar su significado.

En el esfuerzo por hacer un mapa de la estructura del universo, el equipo de Sloan tiene compañía. Su cámara digital se utilizará primero para hacer un censo de 200 millones de objetos celestes y después para medir las distancias al millón de galaxias más brillantes. Pero otro grupo -británico-australiano- está trabajando ya con un censo fotográfico previo, que es un enfoque más rápido; este equipo, denominado 2dF, empezó la labor a finales de 1997 y espera tener, en 2000, datos de un cuarto de millón de galaxias, diez veces más que la última prospección de este tipo realizada en el observatorio de Las Campanas (Chile).

Los científicos del Sloan afirman que su censo celeste será una contribución fundamental a la astronomía y señalan que, sin imágenes digitales y en diferentes colores, el 2dF puede confundir cosas como sombras de nubes de polvo en la Vía Láctea con patrones de estructuras de grupos de galaxias distantes.

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